Paraísos de ida y vuelta obligada

El restaurante Caminito, protagonista de nuestra sección 'foodie'

El restaurante Caminito, protagonista de nuestra sección 'foodie' / sport

Maite Antón

Maite Antón

Hablar de Caminito y Milo Grill es afrontar una larga travesía de sabores y vivencias. Dos puertos separados por un Mediterráneo que a la vez es su seña de identidad. Dos restaurantes argentinos diferentes, uno en Formentera (Es Pujols) y el otro en Barcelona (Balmes, 127), dos extremos de un mismo paraíso, donde tanto el espíritu como la clientela viajan en un ferry que promete tanto la mejor calidad como la diversión, que está asegurada.

El nexo común es Carlos Trigo, un porteño que desembarcó en las costas mediterráneas hace más de 30 años. Que mantiene la tradición argentina de hacer de la parrilla un altar donde la carne es sagrada y de la mesa un hogar donde ya te sientes de la familia en cuanto te recibe con su mejor sonrisa. De Argentina trae su pasión por el fútbol, motivo por el que ambos restaurantes son parada obligada de muchos astros del balón.

Pero, a diferencia de otras casas argentinas al uso, Caminito y Milo Grill ofrecen una alternativa Mediterránea gracias a sus responsables al mando de los fogones. Lluís Llunas por un lado y Stefano Trigo, quien aportan a las cartas las mejores delicias de alta cocina de mercado. Lluís es hijo del gran artista Dyango, y es habitual ver en ambos restaurantes un desfile de personajes del mundo de las artes y el deporte, como atestiguan las fotografías que cuelgan de sus paredes. El Caminito en verano y Milo durante todo el año se han convertido en centro de peregrinaje de las personalidades más destacadas del mundo del deporte, música, teatro…Caminito y Milo, un paraíso donde pecar es más que original, es una obligación.