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Apostar por Marc García o Hakanson era una oportunidad de dar fuerza a  la `nueva¿ filosofía

Apostar por Marc García o Hakanson era una oportunidad de dar fuerza a  la ‘nueva’ filosofía / sport

Sergio Vera

El nuevo modelo presentado para el futuro de la sección de baloncesto del FC Barcelona  es ilusionante (sobre el papel). Si algo necesita el baloncesto actual para enganchar a los aficionados es conseguir que éstos se identifiquen con su equipo. No hay mejor manera de conseguirlo que contando con gente de la casa. Hasta aquí, todo correcto. En los últimos años el flujo de llegada de jugadores de la cantera al primer equipo ha sido prácticamente inexistente y habría que preguntarse por qué. No creo que sea un problema de falta de talento cuando Marc García - llegó en cadete - acaba de proclamarse mejor jugador de Europa U20, Ludde Hakanson - llegó en cadete - fue una de las revelaciones de la ACB en Sevilla en su primer año con oportunidades, o Oriol Paulí - llegó con 13 años y aguantó hasta los 20 - lleva dos temporadas en Gran Canaria luchando por hacerse un hueco. Evidentemente consolidarse en un primer equipo de nivel europeo no es llegar, coser y cantar. .. pero sin oportunidades es imposible. La presión por ganar títulos, dicen. ¡Claro que existe! No nos engañemos, es el Barça.  Pero me cuesta entender que en plantillas de 14 jugadores no haya existido o, a día de hoy, vaya a existir un sitio para alguno de ellos.  Con la proclamación del nuevo modelo, la oportunidad de dar cabida a Marc García o Hakanson era una oportunidad de oro. Para creer, hay que creérselo. Por detrás viene una generación del 98 - actuales campeones de Europa Juniior - con ganas de hacerse un hueco en la élite.  El primer paso es que (con su trabajo) tengan abiertas las puertas del primer equipo, como mínimo, para intentar quedarse. Algo que, por desgracia, hace unos años que no ocurre.