El equipo de Lopetegui empieza a dar signos de...tiqui-taca y su juego provoca respeto

La victoria de prestigio de la selección española ante Francia está haciendo subir como la espuma las acciones de la Roja en la bolsa futbolística mundial. Aunque fue un partido un tanto extraño por la introducción del VAR, no cabe duda sobre la justicia del triunfo hispano ante un rival considerado entre los que ofrecen un mayor potencial, por la calidad y juventud de sus nuevas figuras.

Las dudas sobre el juego de España van disipándose partido a partido y el liderazgo de Julen Lopetegui se ha visto reforzado tras la victoria en territorio francés, donde el equipo español mostró grandes dosis de solidez y la ambición por recuperar el buen trato al balón.

Los tiempos del tiqui-taca, que tantos éxitos dieron a la selección, no están tan lejanos en el tiempo y tras el fiasco de la Eurocopa-2016, donde España no pasó de los octavos de final, la renovación era tan imprescindible como incierto el resultado a corto plazo. Lopetegui agarró el timón y desde entonces la selección ha ido subiendo peldaños, favorecida por los buenos resultados que han permitido construir un bloque confiado en sus posibilidades.

Con Lopetegui España no conoce la derrota. En los ocho partidos disputados bajo la dirección del técnico vasco, la selección sólo ha cedido dos empates (en Inglaterra, amistoso y en Italia, de clasificación), sumando por victorias los restantes, con una gran estadística goleadora: 25 tantos a favor y solo 4 en contra.

Pero sin duda la mejor noticia es que el juego del equipo empieza a tener una fluidez que parecía olvidada. Es la sensación que se desprende de los dos últimos partidos (ante Israel y Francia), en los que España ha demostrado que no ha perdido su adscripción al juego asociativo, al buen toque y se ha manejado con determinación por gobernar la posesión del balón.

Un juego que, como en los tiempos del tiqui-taca, vuelve a recordar el estilo del FC Barcelona y que viene marcado por la presencia de jugadores como Piqué, Alba, Iniesta o Busquets, también de futbolistas con pasado y escuela blaugrana como Thiago, Pedro o, la irrupción de Deulofeu y de otros jugones con un perfil técnico semejante como lo son Silva, Koke, Vitolo o Isco.

Lopetegui está en el camino de conjuntar un nuevo equipo de primer nivel, que tendrá su próxima gran reválida en septiembre, cuando reciba la visita de Italia en partido de clasificación. Los transalpinos, segundos en el grupo G pero empatados a puntos con España, son los únicos que pueden descabalgar a la Roja de la clasificación directa para el Mundial. Habrá que estar atentos a la evolución de la selección, que aunque todavía no enamora si que empieza a ganarse respeto y a convencer con unos credenciales cada vez más sólidos y firmes.