La crisis del nueve en la Roja

Es el cuento de nunca acabar, digno de ‘El día de la marmota’. El debate sobre el delantero centro de la selección española no conoce límites y ha vuelto a ser avivado tras el doloroso batacazo en la <strong>Eurocopa de Francia</strong>. 

Vicente del Bosque se la jugó con la lista definitiva y, aunque resulte ventajista decirlo ahora, no acertó. El salmantino hizo una clara apuesta por los extremos y citó a Pedro, tras un año discreto en Londres, y a Lucas Vázquez, con poco rodaje en el Bernabéu. Dos futbolistas que infrautilizó en Francia al apostar ciegamente por Nolito y Silva en las bandas. 

Morata y Aduriz eran los únicos ‘nueve’ que entraban en los planes del seleccionador. Los precedentes de otros campeonatos en los que citó a arietes que apenas tuvieron minutos hicieron que Del Bosque se decantase por apuntalar la lista definitiva con defensas como Bellerín, Bartra o San José, todos sin minutos. Un error en toda regla a tenor de lo visto ante Italia cuando, tras la sustitución de Morata y la desafortunada lesión de Aduriz, España apeló a la heroica sin ‘killer’ y con Piqué de improvisado ariete.

¿Y ahora qué? Es la pregunta que se hacen la mayoría de aficionados. El relevo en la delantera centra buena parte del debate sobre el cambio de ciclo que debe llegar en los próximos meses y que afecta, especialmente, a la figura del delantero centro. 

De momento todo el peso recae sobre los hombros de un Morata que se esfumó ante sus amigos de la Juventus tras un prometedor arranque de campeonato. Está llamado a asumir la responsabilidad del gol de la Roja durante el próximo ciclo junto a Paco Alcácer. El valencianista quedó fuera de la lista definitiva pese a haber sido el máximo goleador en la fase de clasificación. Tendrá su reválida en los próximos meses. A partir de ahí, reina la incertidumbre. Aduriz tiene fecha de caducidad mientras que alternativas como Borja Bastón o Lucas Pérez implican cierto riesgo. Tanto o más que recuperar a Diego Costa. El debate está más abierto que nunca.