El Nàstic vuelve a las andadas y cae contra el Elche

Los jugadores del Elche, celebrando uno de sus tres goles

Los jugadores del Elche, celebrando uno de sus tres goles / PERE SERRA

Jesús Sarmiento

El Nàstic de Tarragona encajó una dura derrota ante el Elche en una primera parte desastrosa del conjunto de Juan Merino que le costó los tres goles. Primero Fabián, gol en propia de Djetei y la sentencia de Nino. Barreiro maquilló el resultado para los granas.

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Liga 1|2|3

1
3
Alineaciones
Nàstic
Reina; Valentín (Barreiro, 46'), Djetei, Mossa, Perone, Lobato; Tejera, Cordero (Madinda, 50'), Molina; Delgado y Emaná (Álex López, 46').
Elche
Juan Carlos; Luis Pérez, Pelegrín, Túñez, Iriondo; Hervías, Dorca, Fabián (José Ángel, 76'), Borja (Pedro, 85'); Pelayo y Nino (Guillermo, 70').

Merino volvió a revolucionar el equipo situando a Mossa en el eje central y dando entrada a Djetei, además de situar a Cristian Lobato a la izquierda. Y salió mal.

La banda derecha del Elche con Hervías fue un puñal constante y un auténtica pesadilla para la banda izquerda de Lobato y Mossa, que no supieron cómo frenar a los ilicitanos.

El primer gol llegó tras un golazo de Fabián. Una defensa pasiva permitió un remate potentísimo desde fuera del área que abrió la lata y sorprendió a la parroquia local.

El Nàstic siguió sufriendo en cada minuto que pasaba y la banda derecha seguía intranquila y nerviosa en cada ataque. Y de nuevo, otro gol. Fue tras otra jugada de Hervías que centró desde la derecha y Djetei envió el balón a su propia puerta.

Los minutos iban pasando y Merino no corrigió o no supo encontrar el error que estaba condenando a los tarraconenses. De nuevo Hervías, puso un balón perfecto tras la pasividad de la defensa grana y Nino supo poner el tercero y sentenciar el choque. 

El cambio táctico llegó en la segunda parte, tarde y sin ningún efecto claro para beneficio de los de Merino. El juego mejoró, pero las ocasiones no se sucedieron hasta el último tramo del partido. Barreiro maquilló el resultado y un palo de Mossa permitió soñar, pero los errores se acabaron pagando y el Nàstic despertó tras cinco jornadas sin perder.