El Nàstic reacciona y suma tres puntos de oro ante el Numancia

Sergio Tejera celebra el 2-0 junto a Álex López

Sergio Tejera celebra el 2-0 junto a Álex López / PERE SERRA

Jesús Sarmiento

El Nàstic ganó por fin en el Nou Estadi, con un gol de Miguel Ángel Cordero y uno de Sergio Tejera, para dejar la última posición de la Liga y ver la permanencia a tan solo dos puntos.

Lo hizo en un partido de dos caras. Se pasó de la desilusión a la ilusión gracias a dos goles que dan vida al conjunto grana. Queda mucha Liga pero esta victoria vale mucho.

Juan Merino sorprendió en la primera parte situando a Luismi como central, un jugador nada acostumbrado a esa posición, y el equipo lo notó. Tanto, que no ofrecía ningún argumentó para ir a buscar el partido.

El conjunto grana iba perdido por el campo y sus jugadores no supieron bien qué tenían que hacer en cada momento. Solo Achille Emana, que volvió al once en este partido, destacó con una buena jugada que por poco no acaba con el balón en la portería de Aitor Fernández.

A partir de ahí, los de Merino se encallaron y los jugadores con más protagonismo fueron Reina, Bouzón y Luismi, la línea defensiva del equipo. Ayudó también al equipo que el Numancia no supo aprovechar ninguna de las ocasiones que tuvo durante los primeros 45 minutos.

La segunda parte fue otra historia. En la primera jugada que el Nàstic fue a buscar el partido, un centro perfecto de Lobato lo remató con la cabeza -y con el corazón- Miguel Ángel Cordero para adelantar a los granas en el marcador.

Tras el gol, el cambio de Manu Barreiro y Djetei, devolviendo a su posición natural a Luismi, ofreció un registro más natural a los tarraconenses y la pelota empezó a rodar.

El Numancia fue a buscar el partido y los espacios permitieron el segundo tanto del Nàstic -y el de la tranquilidad- que facturó Sergio Tejera tras un carrerón por la banda dejando atrás toda la defensa y batiendo al portero numantino.

La imagen, el abrazo de un cuerpo técnico y de unos jugadores que siguen soñando, ahora más despiertos que nunca, con la permanencia