La previa

Rafa Nada, en busca de la octava maravilla en París

Rafa Nadal llegó a pensar que quizá su destino no era ganar en París. Ni tan siquiera jugar. Con la única salvedad de 2009 ha ido encadenando títulos. En este 2013 Rafa Nadal puede seguir haciendo #HIST8RIA (quédense con el hagstag). Opta a una octava corona que le situaría en un plano superior

Rafa Nadal acumula siete victorias en Ricard

Rafa Nadal acumula siete victorias en Ricard / sport

Neus Yerro

2004: Privado en 2003 de la competición júnior porque tenía exámenes en el colegio, puso todas sus esperanzas en 2004, cuando una inoportuna lesión en el pie izquierdo, en Estoril (Portugal), cuando se enfrentaba a Richard Gasquet, frustró otra vez su sueño. Aunque ese año sí estuvo en Roland Garros. Acompañado por Carlos Costa, su representante, visitó con muletas la capital francesa para conocer de primera mano lo que era el segundo 'grande' de la temporada. Se sentaron en las gradas de la Central y allí solo dijo: "el día que juegue aquí será para ganar".

2005: Nadal se hizo un hueco entre los grandes el 5 de junio de 2005. Ese día levantó por primera vez la Copa de los Mosqueteros y la recibió de manos de uno de sus ídolos, Zinedine Zidane. Dos días antes había cumplido 19 años y lo festejó derrotando a Roger Federer, el número uno mundial, en semifinales. En el camino habían quedado el alemán Lars Burgsmuller, el belga Xavier Malisse, los franceses Richard Gasquet y Sebastián Grosjean y su amigo David Ferrer. Su última víctima fue el argentino Mariano Puerta quien meses después sería sancionado por dopaje. Y Rafa se situó como número dos del mundo.

2006: Con todos los candidatos más que advertidos del 'peligro' del tenista de Manacor, Rafa Nadal volvió a repetir. Nadie lo había logrado en sus dos primeras participaciones. Y lo hizo a lo grande, logrando su centésimo triunfo en la tierra batida y 60º consecutivo. Dejó sin 'Roger Slam' a Federer, quien veía que su sueño de ganar Roland Garros iba a quebrarse por un veinteañero excepcional.

2007: De nuevo, cara a cara con Federer. Y de nuevo victoria de Nadal. Los adjetivos empiezan a terminarse cuando se habla del mejor jugador sobre tierra batida, con 81 victorias consecutivas en la superficie y un futuro esplendoroso frente a sí. Tiene 21 años y atesora ya 3 coronas en París. Una de las rivalidades más grandes de la historia se había consolidado.

2008: Un año mágico para Rafa. Y el primer paso fue Roland Garros. Tercera final consecutiva ante Roger Federer y, como en los dos anteriores, la victoria fue para Nadal y, esta vez, de una forma tan autoritaria que muchos pensaron que el suizo jamás se recuperaría del 'mazazo'. Porque el de Manacor sólo cedió cuatro juegos. Iniciaba el camino de acceso al número uno, que llegaría más tarde, tras el épico y mágico Wimbledon y el oro olímpico en Pekín.

2010: Tras el revés del año anterior, muchos estaban expectantes por la reacción de Nadal. Y éste no decepcionó en absoluto. Pudo vengar su derrota frente a su verdugo en 2009, el sueco Robin Soderling, el único que ha podido vencerle en París, y lo hizo de forma contundente, sin vacilaciones. Pentacampeón, a un solo título del récord de Borg.

2011: Todos le señalaban con el dedo. Pero había nervios, dudas. El reto era enorme pero si alguien tiene la capacidad, en tierra batida, de lograrlo, ése no es otro que Rafa Nadal. Y lo hizo. Como en los 'viejos tiempos', frente a su gran rival, que apartó de su camino al que sería el 'hombre del año', el serbio Novak Djokovic, campeón unos meses antes en Australia y que redondearía en Wimbledon y US Open. Pero Roland Garros es de Nadal. Récord igualado y ahora... ¡a por el séptimo!

2012: Y Nadal tocó el 'séptimo cielo'. Aunque hubo que sufrir para lograrlo. Y tuvo que apartar todos los fantasmas: la lluvia, una pista y unas bolas pesadas y a un rival, Novak Djokovic, que le había vencido en tres finales de Grand Slam consecutivas (Wimbledon y US Open'11 y Australia'12). Nadal no se podía permitir el lujo de volver a perder en un 'grande', ni tampoco que su verdugo fuera el serbio. Además, había llegado al final de la gira de tierra batida mostrando sus más espectaculares credenciales. Y así, tras una interrupción por lluvia, tras tres horas y 50 minutos de juego, un día más tarde de lo programado, escribió con letras de oro su nombre: es el más grande de Rol