Una cartera de jugadores valorados en más de 550 millones de euros

Mendes: El rey Midas del fútbol

Mendes es el agente que más dinero mueve en el mercado. comenzó en un videoclub y ha acabado coleccionando millones

El Imperio Mendes

El Imperio Mendes / sport

Lluis Miguelsanz

Ni el propio Jorge Paulo Agostinho Mendes (Jorge Mendes) podía imaginar hace quince años el imperio que estaba a punto de forjar cuando regentaba un modesto videoclub. Esta es la historia de un centrocampista zurdo frustrado que supo reinventar el negocio del fútbol para crear la empresa de representación más importante del mundo. Con una cartera de jugadores valorados en más de 550 millones de euros, Mendes es el agente FIFA en mayúsculas y, tal vez, una de las personas más influyentes del mundo del balón.

En la sede de Gestifute en Oporto se deciden hoy en día los contratos más importantes del mercado futbolístico internacional. La empresa ha conseguido facturar traspasos por valor de más de 600 millones de euros, lo que ha hecho que Mendes sea galardonado como el mejor agente FIFA y como mejor empresario de Portugal. Es una máquina de fabricar dinero a través de los futbolistas y técnicos que representa, con Cristiano Ronaldo y José Mourinho como máximos estandartes.

Pero mucho ha llovido desde que Mendes decidiera cambiar las reglas de juego del negocio futbolístico. Nacido en Lisboa e hijo de un funcionario de la administración pública y una ama de casa, el joven Jorge Mendes conoció los sinsabores del balón como jugador semiprofesional, dónde aprendió todos los entresijos del negocio. A los 21 años, decidió emanciparse y probar suerte en clubs de Segunda B como el Vianense o el Lanheses. Era un tipo espabilado y, en este segundo equipo, aceptó firmar a cambio de que el presidente le cediera la explotación de las vallas publicitarias. Cambió un salario raquítico por un trabajo que le permitió ganar casi su primera fortuna.Cuentan, incluso, que llegó a primar de su bolsillo a los compañeros de equipo por ganar partidos importantes, ya que en el Lanheses casi ni les podían pagar.

De esos tiempos en Viana do Castelo quedan los recuerdos de sus inicios de empresario como propietario de un videclub –Samui Video–, negocio que montó para traspasarlo por mucho más dinero en unos meses. Y, de ahí, a responsable de sala en la discoteca Alfandega del complejo turístico Luziamar, lugar en el que comenzó a forjarse su leyenda. Porque fue ahí donde conoció y trabó amistad con el portero Nuno Espirito Santo. Ya había hecho algún trapicheo con jugadores en categorías inferiores, pero el traspaso de Nuno al Deportivo significó el pistoletazo de salida a un negocio que no tiene fin.

Explica el propio presidente del Deportivo, Augusto César Lendoiro, que acabó fichando a Nuno por la pesadez de Mendes. Y es que el proyecto de representante recorría diariamente los 50 kilómetros desde Viana do Castelo a Galícia para convencer a Lendoiro. “Llegaba y nos tomábamos un café. Hablábamos y volvía al día siguiente para charlar. Así durante muchas semanas hasta que nos decidimos a fichar a Nuno”. Comentan que Mendes le llegó a asegurar que le devolverían el dinero si el portero no funcionaba. Era y es un vendedor nato. Un negociador incansable. Un triunfador.

Desde el traspaso de Nuno en 1997, por unos tres millones de euros, Mendes comenzó a trenzar los hilos de su empresa llevándose por delante a todos los representantes de Portugal. Incluso, aseguran que llegó a las manos con el todopoderoso agente José Veiga, casi amo y señor del Oporto, por conflictos de intereses con varios futbolistas. Mendes triunfó por su ingenio y su buen olfato. Descubrió jugadores perdidos en Segunda B como Costinha para llevarles al estrellato y, finalmente, formalizó su primer gran traspaso internacional llevándose a Hugo Viana del Sporting de Lisboa al Newcastle por 12 millones de euros. Era el inicio de un proyecto empresarial que no iba a tener límites y ampliaba ya sus tentáculos fuera de Portugal.

Su despegue definitivo fue en el 2003 y mucho tuvo que ver el Barça en la confirmación de su expansión. Porque Mendes, a pesar de no cerrar ninguna puerta, siempre se ha sentido más cómodo en España, Portugal o Turquía antes que Inglaterra. El club azulgrana confirmó su liderazgo fichándole al mexicano Rafa Márquez y Quaresma. También colaboró en la llegada de Ronaldinho y, un año más tarde, cerró el traspaso de Deco. En el documental realizado por ‘SIC’ sobre su leyenda, el expresidente del Barça, Joan Laporta, alabó las virtudes de Mendes y explicó una anécdota que clarifica su trabajo. “Primero nos convenció para fichar a Márquez y a Quaresma y, luego, a Deco. Cuando fuimos a fichar a Deco no estábamos convencidos por el precio y Mendes nos decía que era como Pelé. En el coche nos puso 15 o 20 veces una canción que la afición del Oporto le había dedicado a Deco. Estábamos hartos y él iba cantando. Al final, casi le fichamos por cansancio”.

Ese es Jorge Mendes, el representante que acaba convenciendo y cerrando traspasos imposibles. Vive colgado a sus dos teléfonos móviles y habla casi 20 horas al día. En una comida llegó a recibir más de 160 llamadas telefónicas. El mismo Florentino Pérez ha explicado más de una vez que Mendes le ha podido llamar más de 25 veces al día. Pero todos, jugadores, directores deportivos y presidentes coinciden en una cosa: Es un crack. Nunca se cierra las puertas y, a pesar de su apariencia, no es un pesetero. No apreta en las comisiones y sus jugadores no le pagan por sus servicios. Ha sabido conjugar los intereses de todos y sus servicios dejan más que satisfechos a los clubs. Encima, ha coincidido con una gran hornada de futbolistas portugueses y sus futbolistas suelen ser sinónimos de calidad. Y, cuando no funcionan, los saca intentando que el club comprador no salga perjudicado.

Eso lo confirma también el exmanager del Manchester United, Sir Álex Ferguson, que le fichó a Cristiano Ronaldo en el 2003. “Es el mejor agente con el que he lididado. Tiene en cuenta la felicidad de sus jugadores y trata siempre a los clubs de forma justa. En el traspaso de Cristiano al Madrid estaba preocupado porque el club blanco podía engullir al jugador. Se interesaba por él”. El United, después, le ha fichado otros jugadores como Nani o Anderson por precios desorbitados.

Pero si hay una faceta en la que Mendes ha sabido moverse como pez en el agua es con los magnates del fútbol. A Abramovich le colocó a Mourinho y hasta siete jugadores de su ‘cuadra’ por valor de unos 150 millones de euros. Y, este último verano, ha consolidado su fortuna colaborando estrechamente con el nuevo dueño del Mónaco, el multimillonario Dmitry Rybolovlev. Sin cifras oficiales, en Francia se calcula que ha acumulado más de 20 millones de euros este verano con el club monegasco cerrando hasta cinco operaciones. La más importante, el traspaso de Falcao por unos 60 millones de euros. No es de extrañar que en Portugal sea admirado como un personaje a imitar. Los más de 600 millones de euros que ha introducido en el país con sus traspasos ha servido para que los clubs lusos y la industria del fútbol en este país haya evolucionado hasta límites insospechados. Mendes lo controla todo en Portugal. En la última Eurocopa, copó la lista con 17 de sus representados más el seleccionador. Solo seis jugadores del equipo luso no formaban parte de su imperio.

Su empresa, Gestifute, se ha convertido en una multinacional del fútbol. Gestiona la carrera de más de 50 jugadores y casi diez entrenadores ampliando su mercado de representados al fútbol español. En el Atlético de Madrid, club en el que colabora muy estrechamente, ya tiene bajo sus redes a Diego Costa, Tiago o Adrián. El compromiso con sus jugadores es total y su relación casi es familiar. La estructura que preside ha cambiado la percepción empresarial del fútbol. Gestifute representa a sus jugadores, pero también les asesora financieramente, tienen médicos y fisioterapeutas a su disposición, una agencia de comunicación y les solventan cualquier problema personal. Uno de sus jugadores asegura que “solo debes pensar en el fútbol. Casi no tienes ni que comprar”.

Pero Mendes quiere más. En los últimos años, el agente portugués ha comenzado a operar a través de los fondos de inversión, convencido de que será el negocio del futuro. Con su amigo Peter Kenyon, exdirector de fútbol del Chelsea, creó Quality Sports Investment, un fondo novedoso registrado en el paraíso fiscal de Jersey. Operaciones opacas para las que captaron a 15 inversores americanos, europeos y asiáticos con una inversión mínima de 1,1 millones de euros por cabeza. El fondo promete unos beneficios anuales del diez por ciento de la inversión y se dedica a la compra y venta de jugadores. Mendes ha direccionado estas operaciones al fútbol portugués, español y turco, ya que, por ahora, están prohibidas en Inglaterra. El Atlético de Madrid y el Zaragoza han visto pasar jugadores de este fondo en las últimas temporadas y los clubs admiten que son asuntos beneficiosos para todas las partes. El caso más paradigmático fue el del portero Roberto que, en dos años, ha pasado del Benfica al Zaragoza; lo ha comprado el Atlético de Madrid y lo han cedido a Olympiacos. Una nueva vuelta de tuerca para el auténtico empresario del fútbol mundial. Mendes y Gestifute son, ahora, el ejemplo a imitar.