COPA DEL REY: REAL MADRID-CADIZ

Un grupo de turistas japoneses visitan el Bernabéu: "¿No hay partido? No lo sabíamos"

Un grupo de turistas japoneses visitan el estadio Santiago Bernabéu sin saber que no habrá partido este miércoles

Imagen del partido entre el Cádiz y el Real Madrid

Imagen del partido entre el Cádiz y el Real Madrid / sport

EFE

"¿No hay partido? No lo sabíamos, nuestro plan era hacer el tour del Bernabéu por la mañana y luego venir al fútbol por la noche. Ahora íbamos a intentar comprar las entradas". Así de sorprendida se mostró este miércoles por la tarde la turista japonesa Hikari Ishibashi, que pone cara de póquer cuando su plan futbolero se viene abajo.

Ella y sus acompañantes, no verán al Real Madrid. No lo harán ni Ishibashi y sus cinco amigos (tres parejas en total) ni los aficionados del Cádiz, que, aunque estarán en los octavos de final de la Copa del Rey tras la eliminación del conjunto blanco por la alineación indebida de Denis Cheryshev, tal vez preferían un viaje para ver a su equipo en uno de los estadio más importantes del mundo.

La hinchada gaditana es una de las más gratificantes de España. El colorido que dan a cualquier grada, su arte y su gracia nunca pasan inadvertidos. Sin embargo, en esta ocasión, Madrid se quedó sin la visita de cientos de aficionados del Cádiz que tuvieron que quedarse en su ciudad. Por un lado, lo hicieron celebrando su clasificación. Por otro, decepcionados por no jugar de nuevo contra el Real Madrid. Y es que el estadio Santiago Bernabéu, el día en el que se juegan el grueso de los partidos de vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, apenas respira ambiente futbolero. Parece un día normal, como en verdad lo es, porque es miércoles, un día laborable en el que, como cualquier miércoles sin fútbol, se ven pasear por los alrededores del estadio blanco a turistas, trabajadores de maletín y gente que va casi corriendo de un lado para otro con las clásicas prisas madrileñas dentro de su cuerpo. Son los turistas los que más fútbol respiran. No en vano, muchos, en su visita a Madrid, tienen marcado el estadio Santiago Bernabéu con una cruz para recordar que es una visita indispensable junto al Museo del Prado, el Museo Reina Sofía o el Museo Thyssen. 

En 2014, el Tour del estadio Santiago Bernabéu tuvo 920.000 visitantes y fue el séptimo lugar más visto de la capital de España. Y, por eso, Ishibashi y sus compañeros de viaje no dudaron en pararse por el campo del Real Madrid en su viaje de diez días por España que incluye visitas a Toledo, Córdoba y Sevilla. Pero el premio gordo para ellos era ver en directo al equipo de sus amores. No podrán y, resignados, se conformarán con ver la cantidad de trofeos que acumula el Real Madrid, los vestuarios, la sala de prensa y los lugares por donde cada fin de semana lucen sus habilidades figuras mundiales como Cristiano Ronaldo o James Rodríguez. "Bueno, lo intentaremos en otra ocasión. Tampoco sabíamos si íbamos a poder tener entradas el mismo día del partido, íbamos a intentarlo a ver si había suerte. Ahora ya vemos que no podremos. ¿Qué ha pasado? ¿Qué es eso de la sanción por alineación indebida?", pregunta Ishibashi antes de meterse corriendo en el interior del Bernabéu. 

Ellos, junto a personas de todo tipo de nacionalidades son los únicos que lucen camisetas del Real Madrid por los alrededores de su estadio. Todos van a hacer el Tour del Bernabéu. Turcos, japoneses, ingleses, estadounidenses, españoles de visita en la capital... de todo menos gente de Cádiz. Ni se les ve ni se les espera. Los guardias de seguridad apostados en diferentes puntos del Bernabéu no han visto a ni uno. Tampoco en la tienda del estadio, donde cada día se despachan cientos de camisetas de los jugadores blancos. La más vendida es la de Cristiano. Sin duda, el portugués es el más solicitado seguido de James Rodríguez y Sergio Ramos.

El desembolso del aficionado internacional no baja. Mientras la caja no para de hacer dinero con la ropa de los jugadores del Real Madrid, Hikari Ishibashi y sus amigos japoneses, mezclados entre una tropa de turistas de todas las nacionalidades, recorren un estadio en el que no podrán ver el partido. Ni ellos ni los aficionados del Cádiz, que no trajeron su alegría a Madrid en el día que el Bernabéu no podrá saborear la Copa del Rey.