Liga BBVA: Levante-Real Madrid

La suerte evita otro ridículo del Real Madrid pero no aplaca la crisis

Un penalti y un autogol del portero del Levante facilitan la victoria del Real Madrid, que sufrió hasta el último minuto

Fernando Baquero

El Real Madrid resiste en la tercera plaza gracias a una sufrida victoria en el Ciutat de València después de imponerse con muchos problemas al Levante  gracias a un penalti y un autogol del guardameta Mariño en apenas cuatro minutos y a un tanto de Isco en el descuento. Un gol de Deyverson antes del descanso mantuvo vivo al colista hasta el último minuto pero la mejor versión de Keylor Navas evitó un nuevo ridículo merengue pero no pone fin a la descomunal crisis que está a punto de llevarse por delante a unas cuantas estrellas, a Zinedine Zidane y por segunda vez al ya no tan omnipotente Florentino Pérez.

Salía el Real Madrid obligado a ganar y a mejorar la imagen que ofreció en el derbi frente a un Levante también necesitado de puntos. Zidane, obligado por las bajas, cambió el dibujo de su equipo (4-4-2) para tratar de hacerse con el control del centro del campo pero, como en partidos precedentes, sus jugadores se achicaron ante la intensidad y la velocidad del rival. Sin fuerza ni ideas para atemorizar a nadie, el equipo blanco se vio superado claramente por un Levante que sí supo entender la importancia del partido. Dos remates de Rossi en los primeros cinco minutos, el primero casi a quemarropa, fueron los primeros avisos que recibió Zidane de que ganar en el Ciutat de València exigía responder con las mismas armas al cuadro azulgrana. De no hacerlo, el cataclismo podía ser colosal. La presencia de Casemiro Lucas Vázquez ofrecía argumentos para contrarrestar el despliegue físico levantinista pero la ausencia obligada de Modric dejaba a su equipo sin el timón que le guiara hacia la victoria .

El Levante, tras el primer arreón, prefirió ceder la iniciativa del juego porque su velocidad al contragolpe, casi siempre protagonizados por un dinámico Morales,  bastaba para provocar el caos en la defensa madridista, a veces demasiado pasiva.

LLEGAN LOS GOLES

El rumbo del partido cambió bruscamente al cumplirse la primera media hora, después de la primera oportunidad de Cristiano Ronaldo. El tiempo que tardó Lucas Vázquez en encarar a Orbán y darse cuenta de que en esa banda le esperaba una autopista para desencallar el 0-0. En cuatro minutos (del 34’ al 38’), el Real Madrid se encontró con una inesperada ventaja de dos goles gracias al extremo gallego. Primero, al ser objeto de un penalti cometido por el defensa argentino y, después, tras entrar de nuevo sin oposición y asistir a Borja Mayoral en el autogol del guardameta Mariño, al que el balón le golpeó por detrás después de que el remate del canterazo fuese repelido por el poste.

EL LEVANTE NO SE RINDE

El Levante, acostumbradísimo a pelear en los bajos fondos y a no dar nada por perdido de antemano, supo mantenerse a flote con el gol de Deyverson, que ajustaba (1-2) el marcador antes del descanso y prolongaba la incertidumbre del desenlace al segundo acto.

Tal vez penalizado por el esfuerzo físico del primer tiempo, el Levante salió menos atrevido tras el descanso, lo que aprovechó el Real Madrid para tratar de cerrar un partido que la fortuna le había puesto de cara. Espoleado por los errores de la defensa granota, James (51’) y Nacho (53’) rozaron el tercer tanto con dos espectaculares remates desde la frontal. Pero el equipo de Zidane concede demasiadas ocasiones –Deyverson (60’) tuvo el empate pero su remate se fue fuera por milímetros- y no tiene la pegada del de Ancelotti  -Cristiano (65’) remató al palo- , dos defectos que le hicieron sufrir demasiado ante un voluntarioso pero poco incisivo colista.

Los últimos minutos, como tantas veces esta temporada, fueron un duro suplicio para Zidane. Con todo perdido, el Levante se arrojó sobre la portería madridista para tratar de sumar al menos un punto y la figura de Keylor Navas emergió, como casi siempre, para dar la cara por sus compañeros. El costarricense (81’) abortó el empate con una magnífica intervención a disparo de Rubén cuando el balón se colaba por la escuadra y tuvo que estar muy atento ante las continuas llegadas de un Levante desesperado que vio castigada su esperanza en el empate con el 1-3, de Isco, con el que el Real Madrid salvaba un partido muy gris.