Sergio Ramos, la historia interminable

Zinedine Zidane dio descanso a Cristiano Ronaldo, Benzema y Modric ante la visita del Deportivo. Sorpresa porque, aunque la ventaja especto al Barcelona es amplia, el juego de los madridistas no está para tirar cohetes. Nada que importe a un club que basa su 'modus vivendi' en los goles de Sergio Ramos en el descuento.

De todas formas, juegue quien juegue, y tras lo visto durante la primera mitad, el juego sigue siendo el mismo haya quien haya sobre el césped. El Madrid juega a rachas y cada ciertos momentos del partido, sobre todo hacia el final, cuando aparece Ramos. Ayer Sergio, que tuvo como siempre patente de corso para repartir sin ver amarillas e incluso sin que le pitaran falta, se atrevió a lanzar las faltas que son propiedad indiscutible de Cristiano Ronaldo. Lo probó a los 25 minutos y su lanzamiento salió algo alto.

El Deportivo, por su parte, se defendía con orden, conscientes de que cualquier despiste, incluso sin él, podría acabar en gol madridista. En ataque Babel lo hacía todo bien. Vertical y valiente, recordaba al de sus mejores tiempos. Pepe lo estaba pasando mal junto a Danilo. Quien la tuvo más clara, sin embargo, fue Borges, que remató un centro de Albentosa ante el que Keylor Navas tuvo que lucirse enviando a córner. El árbitro consideró que ya habían lanzado dos consecutivos, así que dio saque de puerta.

La respuesta del Madrid fue un mano a mano de James ante Tytón. Lo tenía todo para marcar, pero el meta del Deportivo evitó en el último momento. El rechace tuvo que despejarlo Sidnei cuando ya llegaba Isco para marcar a placer. El Madrid no jugaba a nada. Algo que no es novedad, como el hecho de tener siempre ocsiones para adelantarse. Como el hecho de que su rival siempre acaba perdonando.

El Deportivo tuvo el 0-1 en la cabeza de Carles Gil, que estrelló el balón en la madera en el 36', con Keylor batido. El rebote no lo pudo aprovechar Guilherme para marcar a puerta vacía porque le pasó por encima cuando ya se cantaba el gol. El Real Madrid sufría en casa ante los gallegos. Eso es una certeza. También lo es que cuando se acerca el final del primer tiempo o del partido los blancos aprietan. James la tuvo antes del descanso y su disparo salió fuera. 

ramos, al rescate

Morata es de esos futbolistas que no entiende de presiones, de titularidades y de suplencias. Lo demostró en la Juventus y lo está demostrando en el Real Madrid. Enganchó un balón al borde del área y la puso para que Tytón no llegara. 1-0. Medio trabajo hecho para los blancos ante el Deportivo, que habían recibido un duro golpe nada más iniciarse el segundo tiempo.

Los gallegos no le perdieron la cara al encuentro y siguieron creyendo en que regresar a A Coruña con algo positivo era una posibilidad real. Eso es lo que te hace creer siempre el conjunto blanco, pero es solo una ilusión. Si tienes dos, deben ir dentro. De lo contrario, adiós. Los minutos van pasando y el Madrid se crece al mismo ritmo que su rival decae en el empeño. Salvo milagro.

Y, a veces, los milagros existen. El del Deportivo tuvo ayer nombre propio: Joselu. Entró mediada la segunda mitad para recibir un balón en la frontal del área y ponerla en la escuadra. Keylor Navas no pudo más que aplaudir. Si el fútbol fuera justo, el Real Madrid sufriría por no bajar. Con los blancos buscando la meta gallega, Joselu, a lo evangelizador, volvió a aparecer. Superó por bajo al meta costarricense dando la vuelta al marcador. Los pecados de soberbia suelen pagarse, Zidane.

El Madrid, a partir de ahí, al ataque. Peligroso para el Deportivo, que se defendía mordiendo el puñal, con un mazo en cada mano, sacando agua a cubos del área de Tytón. Pero los minutos iban pasando y Zidane ordenó la entrada de Mariano por Isco, al que la sutituación no debió gustarle demasiado. El de Premià de Mar, que pudo ser del Barça, debía salvar a los blancos. Difícil papeleta, pero no imposible. Agarró un centro de Lucas Vázquez para marcar de cabeza. Empate. Quedaba partido, muchísimo. Y en Chamartín explotaron.

En la grada y en el césped. Los futbolistas merengues y los gallegos se enzarzaron en una polémica por la falta que Morata hizo sobre Tyton y el árbitro no señaló. Sidnei se defendió como pudo de los empujones de Morata, Vázquez y, en última instancia, Ramos, que llegó en plan 'western'. Se sirvió el córner sin mayores problemas. En la siguiente, Tyton se jugó el físico rechazando a córner un cabezazo de Morata. El descuento, de cinco minutos, en el Bernabéu, se hace eterno. Sobre todo cuando hay córner y aparece Sergio Ramos en el área. Ahí el tiempo se detiene para que el de Camas dé la vuelta al marcador. Algún día el golito de Ramos será un capítulo en los libros de historia. Siempre igual.