El Nápoles sale vivo del Bernabéu

Dídac Peyret

Dídac Peyret

"El Madrid es el favorito pero el escudo no te garantiza que vayas a ganar. Sufriremos". Avisó Zidane horas antes del encuentro y el Nápoles no tardó en confirmar la rebelión. Lo hizo sobre todo durante la primera mitad con una determinación formidable y ese espíritu pasional que crece en las calles del sur de Italia. El mismo que exhibió Maradona en el vestuario napolitano segundos antes del arranque del encuentro.

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Champions League

3
1
Alineaciones
REAL MADRID
Keylor; Carvajal, Varane, Ramos (Pepe, 69'), Casemiro, Modric, Kroos; James (Lucas Vázquez 75'), Benzema (Morata, 81') y Cristiano
NÁPOLES
Reina; Hysaj, Albiol, Koulibaly, Ghoulam; Diawara, Zielinski (Allan 74'), Hamsik (Milik, 84'), Insigne, Callejón y Mertens

El mérito fue doble, porque enfrente se encontró el Madrid de las grandes ocasiones. El conjunto de Zidane salió a jugar con un ritmo vertiginoso. Y Benzema avisó a Reina cuando el meta aún se preparaba para la batalla. 

Respondió bien Pepe con grandes reflejos y el Nápoles no se dejó intimidar. El plan de Sarri fue claro: esperar el error del Madrid, penalizar la espalda de la defensa del Madrid por la vía directa

El contragolpe, la gran arma del Real, fue una herramienta valiosísima para el Nápoles. Se sintió incómodo el Madrid. Perplejo ante el empuje italiano. Y en ese ambiente de temporal llegó el tanto de Insigne. El disparo cogió a todo el mundo a contrapié. Sobre todo a un Keylor descolocado, que vio desde la distancia como el balón se colaba en la portería. El extremo al que nadie quería de pequeño por bajito, tuvo su momento en el Bernabéu.

La reacción del Madrid

El gol de Insigne no cambió la cara del partido. Se mantuvo el intercambio de golpes. Y ahí, ya se sabe, el Madrid es un rival remible. Sobre todo cuando ataca como una cordeón. Como una manada sin freno.Y en esas llegó el empate, obra de Benzema. Esta vez sí acertó el francés.

Sobre todo porque Carvajal regaló un caramelo al ariete. Un centro al dente, ni demasiado fuerte ni demasiado flojo, perfecto para poner la cabeza. Salió en la foto Albiol, que midió mal en el salto. 

El empate tranquilizó el encuentro durante unos minutos. Un pequeño respiro que fue solo un espejismo en una primera mitad trepidante, intensísima. Una noche de Champions. La tuvo otra vez Benzama. Esta vez en un mano a mano franco. Una situación que resolvió con un gesto técnico delicado, pero que el palo se encargó de estropear.

Vértigo blanco

El mal cuerpo se le pasó al conjunto blanco en los primeros instantes de la segunda mitad con un tanto de Kroos. Apenas tuvo tiempo de ordenarse en el campo el Nápoles. El gol llegó sin avisar. Lo fabricó Cristiano y resolvió Kroos con un disparo desde fuera del área que entró por el palo de Reina.  

El tanto animó a un Madrid encendido y esta vez sí el Nápoles sufrió una crisis de confianza. Se notó en los siguientes minutos con un asedio terrible de los blancos. Así llegó el tanto de Casemiro. Un golazo desde muy lejos. Un disparo fortísimo que hizo fruncir el ceño de Maradona, protagonista en las gradas. 

El Madrid impuso un ritmo insoportable y el Nápoles trató de no desmoronarse. Lo logró a duras penas e incluso Mertens tuvo la posibilidad de marcar el segundo tanto del conjunto de Sarri. La tuvo el delantero con un disparo franco dentro del área, pero el balón se perdió por encima de la portería. 

El Nápoles nunca se rindió. Persiguió el segundo tanto con el mismo ánimo que el Madrid el cuarto. Lo tuvo cerca James, pero esta vez Reina salió bien parado del mano a mano.

El susto para el Madrid llegó en los últimos diez minutos, con un tanto en fuera de juego de Callejón. Respiró el Madrid que logró un buen resultado (3-1), aunque no resolvió la eliminatoria. Le espera San Paolo, un estadio que apretará para vivir una noche mágica