El Real Madrid engorda su crisis en Wembley

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

El Tottenham se alzó con contundencia hasta la primera posición del grupo tras imponerse con claridad a un Real Madrid que sufrió una derrota dolorosa en Wembley. Los blancos, con algo más de acierto, podrían haber presentado más pelea en Londres, pero es que, a día de hoy, son un equipo que incluso ha perdido lo que siempre había guardado con celo: la pegada.

El Tottenham planteó un partido intenso, sin descanso, sin tiempo para pensar ni respirar. Los ingleses suelen apostar por ese escenario, sobre todo cuando juegan ante su afición. Pero el equipo que dirige Pochettino es más que entrega sin condiciones: el Tottenham tiene mucho fútbol, el que practican jugadores como Kane, Dele Ali o Eriksen. Un agobio continuo para un Real Madrid que jugó una primera mitad gris, insuficiente.

Ocasiones tuvieron los blancos para sorprender en Wembley, pero tampoco en eso están acertados. Lo probó un par de veces Cristiano Ronaldo, digno pero espeso. No tanto como Benzema, ausente, pero algo más que Kane, un incordio continuo al que le faltaban siempre un par de centímetros para alcanzar a los centros que continuamente le llegaban desde ambas bandas. 

Quien sí encontró el camino de la red fue Dele Ali, que recibió un centro de Trippier desde la derecha. El lateral diestro del Tottenham se comió a Marcelo durante 45 minutos. En defensa, pero también en ataque, donde parecía un cuchillo penetrando mantequilla caliente. Uno de esos cuchillazos acabó en gol. El 1-0 de Ali ante el que no pudo hacer nada Casilla. Antes casi la había tenido Eriksen, que falló el control que le habría dejado solo ante el meta blanco. Tampoco acertó con una vaselina inocente Kane.

En el otro área, el Madrid llegaba más por orgullo y arreones que por consecuencia lógica de su fútbol colectivo. Como cuando Isco habilitaba a sus delanteros con la lucidez que a ellos les faltaba. El Real Madrid mantuvo en un primer tiempo vertiginoso la desesperación de las últimas semanas. Kane pudo hacer el segundo tras otra nueva exhibición de Trippier. El balón acabó en el brazo de Isco, pero no pareció penalti.

hundidos a la contra

El segundo tiempo fue otra dosis de la misma medicina. Los 'spurs' siguieron al pie de la letra el manual de instrucciones que les había entregado Pochettino para superar al Real Madrid. Los de Zidane, un espectador más en la banda, incapaz de cambiar nada, arrancaron con fuerza tras el descanso en busca de un empate que les metiera en la pelea. No llegó. Y el Tottenham lo aprovechó para, en dos contras, golpear con dureza a su adversario. 

Dele Ali, con la ayuda de Sergio Ramos, en quien rebotó el balón, volvió a perforar la meta de Casilla ante el delirio de la afición local en Wembley. Poco después llegó el tercero, tras una combinación entre Dele Ali, Kane y Eriksen, que no falló en su mano a mano ante el meta blanco. A partir de ahí, cambios para aburrir en los blancos y el gol de Cristiano Ronaldo a falta de diez minutos. El Tottenham defendió con coraje la ventaja hasta confirmar un triunfo inapelable.