El Real Madrid se pasea en Granada

Javier Giraldo

Javier Giraldo

El Real Madrid liquidó al Granada en un partido sin historia: no hubo color entre ambos equipos desde el arranque del choque, un aspirante a la Liga frente a un equipo descendido a Segunda, entregado y sin argumentos. Fue el partido más cómodo del equipo de Zidane en toda la temporada. 

A los diez minutos, el Madrid ya supo que el partido sería un trámite. Para entonces, James ya había firmado un doblete que reflejaba la enorme superioridad del equipo blanco: una cabalgada de Lucas y un centro de Coentrao permitieron al colombiano anotar dos goles en las primeras aproximaciones del Madrid al área de Ochoa.

el granada, deshecho

El Granada, que había sumado un punto de los últimos 30 posibles, demostró por qué es un equipo descendido. No tuvo fútbol para plantar cara al Madrid, pero tampoco demostró coraje ni compromiso, como si sus jugadores tuviesen la cabeza ya en sus próximos destinos; un puñado de futbolistas sin más conexión que el grupo empresarial que los ha reunido en Granada sin nada por lo que pelear.

El Madrid no necesitó recurrir a su mejor versión para cerrar el partido con solvencia: la segunda unidad (Asensio, Morata, Danilo, Lucas Vázquez y compañía) fue más que suficiente para tramitar el partido y mantener el pulso por el título de Liga con el Barça. 

Tras la irrupción de James en el partido, el Granada intentó guardar la posesión de la pelota durante unos minutos: el Madrid, siempre cómodo en el partido, no tuvo inconveniente en dar un paso atrás, vislumbrando la posiblidad de contragolpear una y otra vez. Se estiró ligeramente el Granada, pero fue un espejismo: los jugadores de Tony Adams apenas inquietaron a Kiko Casilla. 

la irrupción de morata

El partido discurría a ritmo lento hasta que Morata comprobó que se trataba de una ocasión ideal para reclamar la atención de su entrenador. El delantero del Madrid aprovechó un pase de Danilo desde la banda derecha para rematar con contundencia a gol en el minuto 29 y cinco minutos después, volvió a ver puerta en una gran acción, tras un recorte a Hongla y un chut imparable para Ochoa. 

Con 0-4, el Madrid se limitó a dosificar esfuerzos frente a la impotencia del Granada: el equipo andaluz amagó, pero no golpeó. El Madrid suele hacer todo lo contrario: Casemiro estuvo a punto de firmar el quinto en una acción a puerta vacía, pero su remate se fue incomprensiblemente por encima del larguero.

con tres 'nueves'

En la segunda parte, Zidane empezó a refrescar a su equipo: curiosamente, un titular indiscutible como Benzema sustituyó a un teórico suplente, Asensio. El Madrid jugó prácticamente durante toda la segunda parte con dos 'nueves', Morata y Benzema, y una línea de cuatro centrocampistas (Kovacic y Casemiro como pivotes, James y Lucas por las bandas).

El Madrid se permitió el lujo de bajar las revoluciones y lanzar algún que otro contragolpe, sobre todo gracias a la velocidad de Lucas Vázquez por el costado derecho. La entrada de Benzema pareció reactivar al equipo, que buscó una y otra vez el quinto gol. Incluso Coentrao y Sergio Ramos pisaron con frecuencia el área del Granada. Ochoa, portero del Granada, lo evitó con varias intervenciones de mérito. 

A falta de media hora para el final, Isco sustituyó a Casemiro: el cambio dio más fluidez al Madrid, que coleccionó ocasiones de gol. La tuvo Benzema y la tuvo Morata, pero el Madrid no tuvo la puntería que había tenido en los primeros minutos.

Zidane también regaló minutos al delantero con menos oportunidades de la plantilla, Mariano, que sustituyó a Lucas. El Madrid acabó el partido con tres delanteros centro, Benzema, Mariano y Morata, un lujo que se pudo permitir en su compromiso más plácido de la temporada. Pudo firmar una goleada de escándalo, pero se conformó con los cuatro goles que había marcado en la primera parte para pensar en sus próximos compromisos.