Celta, 2 - Real Madrid, 4

El Real Madrid sale airoso de un partido loco ante el Celta y sigue soñando con la Liga

Todo sigue igual en la Liga. El Real Madrid tiró de pegada en Balaídos para evitar un susto que por momentos pareció posible y se mantiene a dos puntos del Barça

Toni Juanmartí

El Real Madrid sigue soñando con ganar la Liga después de resolver ante el Celta una dificilísima papeleta. El de Balaídos fue un desenfrenado duelo que acabó decidiéndose, una vez más, por la diferencia de 'pólvora' entre un equipo que quiso más que pudo y otro que pudo más que quiso.

Los blancos llegaban a Galicia con la tranquilidad de haber hecho los deberes en Europa pero sabiendo que un tropiezo era entregar la Liga al Barça. Por su parte, el Celta venía generando muchas expectativas y lo cierto es que no decepcionó. Empezó el partido con una intensidad que hubiera sido sorprendente de no ser porque los de Berizzo ya demostraron ante Atlético y Barça de lo que son capaces.

A Kroos e Illarramendi –ninguneado ante el Atlético pero ‘resucitado’ en Balaídos- se les acumuló rápido el trabajo. Orellana, Santi Mina y sobre todo Nolito dejaron claro que este Celta sabe qué hacer con el balón. Y más aún cuando el ex del Barça B abrió el marcador en el minuto 9 con una gran jugada individual que, sin embargo, será más recordada porque Sergio Ramos la defendió con una bota en la mano que por el gol en sí.

Duró poco la alegría de los gallegos. Cristiano Ronaldo apareció por primera vez y provocó el empate de Kroos. El luso ganó la línea de fondo y puso un pase de la muerte que, con algo de suerte, encontró al alemán. Definió, todo sea dicho, con gran clase el ex del Bayern.

Sin haber asimilado todavía el empate, Larrivey se hizo un aparatoso corte tras un cabezazo con Ramos. Parecía que el parón cortocircuitaría el ritmo loco del duelo, pero Chicharito no estaba por la labor. El mexicano, de dulce tras su noche de gloria ante el Atlético, puso su parte de picante dándole la vuelta al marcador con un disparo sin ángulo –previa pared con James- que se coló por debajo de las piernas de Sergio.

Antes de que los locales pudieran pensar que el 1-2 era demasiado castigo, Santi Mina igualó de nuevo al aprovechar el rechace de un mano a mano que él mismo había enviado al palo. También Cristiano Ronaldo se topó con el palo instantes después, pero al de Madeira le faltó la suerte que sí tuvo James Rodríguez. El colombiano disparó desde la frontal, el cuero tocó en Fontás y acabó entrando con mucho suspense (2-3). El Madrid se iba al descanso con más premio que méritos hechos.

La segunda mitad no perdió ni pizca de electricidad. Todo lo contrario. El correcalles fue todavía más exagerado y, como de costumbre, sonrió a los de Ancelotti. El Celta rozó el empate en infinidad de acercamientos pero vio arruinadas sus esperanzas con el 2-4 de Chicharito Hernández. Sensacional pase de Sergio Ramos y mejor aún el control y la definición del ariete. Antes de eso, los locales pidieron un penalti de Kroos a Orellana que pareció ser demasiado ‘light’ para poner toda una liga patas arriba.

Ahí sí murió el encuentro. La gasolina celeste se fue acabando y los blancos se limitaron a no complicarse la vida. El Real Madrid coqueteó con despedirse de la liga pero salió airoso de un duelo tan vibrante como frustrante para el Celta. Y para el Barça, claro, que sigue sin margen de error en las cinco 'finales' restantes.