Florentino Pérez se ha visto obligado a replantearse su estrategia

El Real Madrid busca al anti-Luis Suárez

El Real Madrid solo pretendía realizar un par de retoques en su plantilla, pero la situación ha cambiado

Alejandro Alcázar

Florentino Pérez, presidente madridista, daba por sentado que esta temporada no iba a tener que recurrir al talonario en el mercado veraniego, más allá de apostar por un par o tres de refuerzos que permitieran al equipo de Carlo Ancelotti mantener el nivel competitivo de la pasada temporada. Pero una circunstancia le ha obligado a replantearse la situación por completo. Al máximo dirigente madridista no le ha hecho ninguna gracia que el Barça cerrase el fichaje de un jugador como Luis Suárez, por el que el Madrid llevaba suspirando desde hace varios años. La noticia de la llegada del delantero uruguayo ha sido un toque de atención. Su respuesta es apostar por el colombiano James Rodríguez, una de las grandes revelaciones del Mundial de Brasil.

Florentino Pérez entiende que el Madrid está obligado a ‘reaccionar’. Para el club madridista ya supuso una gran derrota que el Barça le ganara la partida en el fichaje del brasileño Neymar, la gran apuesta personal del presidente blanco. Debió cambiar de planes sobre la marcha y se lanzó con todo a por el galés Gareth Bale, única alternativa ilusionante que le quedaba en aquel momento.

Un año después, confiaba en la continuidad de la plantilla que le había dado la ansiada ‘Décima’ y no pensaba tener que afrontar otra operación galáctica como la que le obligó a abonar 100 millones de euros al Tottenham por Bale. Florentino Pérez y Carlo Ancelotti, entrenador madridista, habían hecho una planificación conservadora. Ninguno se esperaba que el Barça se iba a reforzar con Luis Suárez y eso ha alterado sus planes.

El máximo dirigente del Madrid ha visto que no puede quedarse con los brazos cruzados. Necesita un fichaje de relumbrón para que el Madrid siga en la cresta de la ola mediática y se ha vuelto a poner en manos del poderoso representante Jorge Mendes, el mismo que se ocupa de los asuntos deportivos y financieros de Cristiano Ronaldo. La solución pasa por apostar por James Rodríguez, que está llamado a tener un papel protagonista a nivel internacional tras su gran Mundial. El problema es que económicamente la operación se presenta complicada y deportivamente su llegada no multiplicará el potencial del equipo madridista.

El magnate ruso Dmitry Rybolovlev, propietario del Mónaco, se frota las manos pensando en el interés del Madrid. Hace un año pagó 45 millones de euros al Oporto por el delantero colombiano y ahora pretende duplicar su inversión. En sus primeras conversaciones con los dirigentes del Mónaco, éstos exigieron 90 millones de euros por la estrella colombiana. El Madrid comprobó que había pinchado en hueso y se huele otra sangría.

La primera oferta del club madridista fue de 60 millones de euros. Insuficiente. El Mónaco la rechazó, aunque posteriormente accedió a rebajar un poco sus pretensiones y pidió 80 millones. Los blancos han puesto sobre la mesa el nombre del centrocampista brasileño Casemiro para intentar abaratar la operación. Así están las cosas en estos momentos, pese a que Mendes está intentando mediar entre los dos clubs aprovechando sus buenas relaciones con Florentino Pérez y Rybolovlev.

James Rodríguez no ha puesto trabas al Madrid. Todo lo contrario. Estaría encantado de vestir de blanco y acepta los 7 millones de euros netos por temporada que le ofrece el club madridista. Actualmente percibe 4 millones en el Mónaco y tiene contrato hasta el 2018. El Madrid le ofrece también un compromiso de cinco temporadas de duración.

A nivel deportivo, la llegada del delantero colombiano al Bernabéu no debería tener una gran repercusión, ya que Bale, Cristiano Ronaldo y Benzema tienen una plaza garantizada en el once titular de Ancelotti en ataque y en el centro del campo el técnico italiano prefiere amarrar con jugadores que se empleen a fondo en tareas defensivas. Isco ya se encontró con ese problema la pasada temporada y a James Rodríguez le debería ocurrir lo mismo. Ancelotti no necesita un 10. De hecho, reconvirtió a Di María y a Modric como centrocampistas como escuderos de Xabi Alonso porque en caso contrario ninguno de los dos hubiera tenido sitio en el equipo. Los tres de arriba son intocables por decreto.