REAL MADRID

Otra bofetada para Casillas

El capitán se ha quedado solo. La grada le pita, el club no le defiende y Ancelotti y sus compañeros han dejado de confiar en él por su inseguridad 

Alejandro Alcázar

Iker Casillas podría jugar mañana ante la Juventus su último partido como titular con la camiseta del Real Madrid. El fichaje de David de Gea parece imparable después de que el club blanco le pidiera que no renovase con el United a la espera del final de Liga y de la Champions League. El exportero del Atlético no ha contestado aún a la oferta millonaria que le ha puesto sobre la mesa el equipo inglés y todo indica que acabará rechazándola para fichar por los blancos. El Madrid ha asumido que Casillas se queda, pero en el banquillo como asume el protagonista, y quién sabe si como tercer portero si Keylor Navas sigue. Y todo por negarse a perdonar los dos años de contrato que le quedan. Él está dispuesto a marcharse pero con la indemnización pertinente y ya habría elegido el Arsenal como destino según la 'Cope', donde dan por hecho la llegada de De Gea para la próxima temporada. Una bofetada para el portero blanco que se siente solo en esta que puede ser su última etapa en el Real Madrid.

Su carrera deportiva ha sido un sueño en el equipo de su vida. Ha liderado durante años al Real Madrid, con el que ha levantado todos los trofeos posibles como capitán. Alcanzó el cielo y fue reconocido durante años como el mejor del mundo en su posición, hasta que llegó un entrenador que le explotó el globo de felicidad en el que se había instalado. Quizá Casillas se acomodó en su burbuja de terciopelo distraído por una vida social glamourosa y sumido en una espiral infinita de elogios. Cuando quiso darse cuenta se vio sentado en el banquillo y más tarde una lesión le apartaba definitivamente de su sitio en el olimpo de los elegidos. Casillas empezó a caer poco a poco de la montaña hasta llegar al punto actual. Cuestionado por parte de la afición y perseguido por un sector de la prensa que rivaliza con la que le apoya sin concesiones lo haga bien o lo haga mal.

Casillas se siente solo, según desvela Manolo Lama en el programa 'El partido de las doce'. El club mira hacia otro lado y no quiere saber nada de la situación controvertida en la que se encuentra el portero más laureado en la historia del fútbol español. Florentino Pérez se abstrae, y quiere ya un sustituto como De Gea que convierta a Iker en historia pasada del club. Un presidente que nunca le apoyó y que ve la oportunidad de perderle de vista. Ancelotti se ha cansado de apoyarle y de dar la cara por él, quizá temeroso de quemarse ante la irregularidad demostrada del portero bajo los palos y la falta de simpatías que levanta en la planta noble del Bernabéu.

Sus compañeros ya no sienten la seguridad que transmitía y sufren ese estado de perpetua zozobra en la que se ha instalado en los últimos tiempos. Y él lo siente. Siente esa bofetada interna que se une a la que recibe en cada partido por ese sector del público que no le perdona un desliz. Un público feroz, 'inmisericorde' y empeñado en aprovechar cualquier desliz para cuestionarle con sus silbidos. Casillas está perdiendo los apoyos deportivos que alimentaba con sus paradas milagrosas, engañado por esas voces amigas que no le dicen lo que hay, que le doran la píldora y que engrandecen sus paradas aunque no lo sean.