Odegaard no levanta cabeza

En los quioscos del aeropuerto de Oslo todavía se vende la biografía de Martin Odegaard, pero su estrella se apaga en Madrid. Fichado por el Real tras dejarse querer por los grandes clubs europeos, no encuentra su sitio en el Castilla.

El mediapunta fue fichado en enero de 2015 con solo 16 años con las máximas expectativas. Había dudas, incluso, sobre si debía pasar por el filtro del Castiila, o ir directamente al primer equipo. Pero a día de hoy ni siquiera es indiscutible en el filial del Madrid.

En el Castilla, entrenado ahora por Ramis tras el ascenso de Zidane, su impacto está lejos de ser el esperado. El pasado fin de semana fue suplente frente al Real Unión y el futbolista suma unos números muy pobres esta temporada: dos asistencias y ningún gol. 

El noruego, además, es a menuDo sustuido, primero con Zidane y ahora con Ramis en el banquillo.

Ya el curso pasado, antes su llegada, el filial estaba en zona de promoción y su presencia rompió el equilibrio del grupo.

A su ficha (más de un millones de euros, superior a la de algunos jugadores de la primera plantilla), había que sumar un artículo de su contrato, que decía que tenía que entrenar toda la semana con el primer equipo.

Algunos jugadores del filial blanco como el entonces capitán Sergio Aguza alzaron la voz sobre el sueldo del noruego. Pero hubo más problemas de carácter interno: Zidane era el técnico y su hijo Enzo, el capitán del equipo.

Enzo supone competencia directa para el noruego, pues ambos ocupan la misma posición.  

Odegaard no está contento con su situación en el Madrid pero la situación del club blanco con la FIFA -está a la espera de ver si puede fichar el próximo verano- complican su salida.

El propio futbolista reconoció este curso, en la zona mixta, dificultades para adaptarse a los encuentros con el Castilla. "Es un nivel difícil porque hay muchos equipos complicados de jugar y los campos a menudo son malos. Es duro".