Un nuevo lío en los servicios médicos del Real Madrid

Las aguas bajan revueltas en la enfermería del Real Madrid. La nueva recaída de Gareth Bale en el sóleo ha puesto en el punto de mira a unos servicios médicos que desde hace meses han perdido la confianza de los jugadores. 

Los problemas médicos en el vestuario blanco han sido una constante este año, desde mucho antes de la llegada de Zinedine Zidane al banquillo madridista. Desde recaídas, a lesiones diagnosticadas tarde o mal y recuperaciones que no han funcionado como se esperaba, el doctor Jesús Olmo, jefe de los servicios médicos del club, ha sido señalado por los jugadores. La plantilla vetó la entrada del médico al vestuario e incluso le acusaron de pasar información a la directiva.

La recaída de Bale, con un proceso de recuperación que superará de largo las tres semanas previstas, ha sido la gota que ha colmado el vaso. Los jugadores no se explican cómo los servicios médicos de uno de los principales clubes europeos tardaran diez días en diagnosticar una fascitis plantar a Pepe, que incluso le podría hacer perderse el primer partido de la eliminatoria de Champions frente a la Roma, el 17 de febrero.

No es de extrañar que algunos jugadores se busquen la vida y consulten a sus propios especialistas, como es el caso de Marcelo, quien el pasado lunes se desplazó hasta Amsterdam para visitarse con un especialista en tobillos, al ver que sus molestias no desaparecen.

No es la primera crisis que han tenido que sortear los galenos blancos. Otros pesos pesados del vestuario merengue, como Cristiano Ronaldo o Sergio Ramos, quien también tuvo que alargar su proceso de recuperación tras sufrir una luxación en el hombro como la de Marcelo, ya se han mostrado contrarios a la continuidad del doctor Olmo.