Mariscada del Celta en el Bernabéu

Dídac Peyret

Dídac Peyret

El traspié liguero ante el Sevilla invitaba a pensar en un Madrid airado, pero el conjunto de Zidane salió destemplado. Tan frío como el Bernabéu ante un Celta que durante la primera parte le sometió a un fuerte estrés y que dio el golpe en la segunda mitad. El resultado, 1-2, obliga al Madrid a exhibir su mejor versión en Balaídos para pasar la eliminatoria.

El conjunto vigués atacó el repliegue desordenado del Madrid al contragolpe. Y a punto estuvo Aspas de hacerle un lío al Madrid en los primeros compases del encuentro pero la puso mal en el último momento contra pronóstico.    

El conjunto blanco presentó un once experimental con futbolistas como Casilla, Asensio o Víctor Vázquez, y con Cristiano Ronaldo haciendo de delantero centro. 

La presencia del portugués como ariete -una medida en clave de futuro de Zidane- tuvo efectos colaterales: la suplencia de nuevo de Morata, que a estas alturas ya ha dejado entrever que se le está acabando la paciencia. El técnico francés espera más del futbolista. Y el ex de la Juve no comparte la visión del francés sobre su rendimiento. 

Un Madrid incómodo

Menos tenso parecía el Celta, que volvió a avisar a Casilla con un fuerte disparo de Chelo Díaz. El Madrid tardaba un mundo en juntar líneas, pero a los de Berizzo se les apagaba la luz cada vez que se acercaban al área. Poco importaba el protagonista. Ni Bongonda, ni Aspas ni Wass le cogían el puslo a los últimos metros. 

Al Celta se quedaba tieso cada vez que se acercaba a Casilla. Todo lo contrario que un Madrid que, como de costumbre, sembraba el miedo cuando avanzaba líneas. Ahí jugadores como Lucas Vázquez (eléctrico durante la primera mitad) o Modric exhiben confianza para marcar las diferencias. También Marcelo, un lateral que posee una influencia en el juego sin parangón en el fútbol actual. 

Peor estuvo Cristiano, muy errático en el remate, y con demasiadas prisas por marcarEl portugués estuvo muy impreciso en dos remates claros y tampoco le acompañó un Asensio muy apagado en el Bernabéu. No fue la noche del mediapunta, que terminó siendo sustituido por lesión en el arranque de la segunda mitad por Morata.

El Celta se diluye.... para volver más fuerte

El conjunto vigués perdió contundencia defensiva en el arranque de la segunda mitad. Seguramente cansado con el esfuerzo de los primeros 45 minutos, rebajó la presión y el Madrid cogió aire.   

La entrada de Morata además revitalizó al conjunto de Zidane. Suya fue una de las mejores ocasiones tras el descanso con un disparo fortísimo. Se perfiló espléndidamente el ariete, pero el balón le salió desviado.

El partido estaba para 1-0 pero entonces golpeó el Celta, dejando al Madrid ensimismado. Una cadena de errores que empezó con Casemiro, continuó con un despeje delirante de Marcelo al medio y terminó con un tanto de Aspas, que esta vez sí tuvo la pausa para superar a Casilla

Tras el gol el partido entró en una fase de vértigo. Un intercambió de goles que arrancó con gol de Marcelo (un disparo desde fuera del área que golpeó en Mallo antes de entrar) y siguió, apenas 58 segundos más tarde, con un tanto del Celta.

Esta vez con Jonny como protagonista. De nuevo aprovechando otro contragolpe para avanzar al conjunto de Berizzo. Otra vez con un Madrid incapaz de juntar líneas, descosido en el repliegue.

El tanto tensó de nuevo al Madrid. Lo que se tradujo en una oleada de intentos del Madrid para lograr la igualada. El más claro de un Benzema que salió en la recta final del partido sin ritmo ni precisión.

Mejor se lo pasó un Celta que se ganó una mariscada de los suyos. El Madrid ya sabe que le espera temporal en Vigo. Deberá remontar un incomodísimo 1-2 en Balaídos, nada menos.