REAL MADRID, 3 - SCHALKE, 1

El Madrid cumple con el trámite... con peaje

La ambición de Cristiano Ronaldo lideró el triunfo del Real Madrid en el trámite ante el Schalke para certificar su presencia en los cuartos de final de la Champions

EFE

La ambición de Cristiano Ronaldo lideró el triunfo del Real Madrid en el trámite ante el Schalke para certificar su presencia en los cuartos de final de la Liga de Campeones, antes de recibir al Barcelona en el 'clásico' que se perderá Jesé Rodríguez, gravemente lesionado en el intrascendente duelo ante el cuadro alemán.

Un nuevo doblete del astro portugués, que pudo ser mayor, animó un enfrentamiento sin chicha, emborronado con la dolencia, seria, del canterano.

Solo la lesión de Jesé Rodríguez alteró el guión marcado. Turbó una noche aparentemente plácida. Una desgracia que llegó pronto. A los cinco minutos. El bosnio Sead Kolasinca se cruzó en la maniobra del español, al que se le fue la rodilla derecha. Tuvo mala pinta desde el principio. El jugador se echó las manos a la cara y su pierna había perdido estabilidad. Una lesión grave.

Bale ocupó el lugar de Jesé. Un contratiempo para Carlo Ancelotti. No era ahora un fijo el joven atacante. Pero era una alternativa segura y fiable. Que había cumplido con creces especialmente en el tramo inicial del curso, cuando su técnico le encontró hueco a la menor ocasión en cualquier puesto del ataque.

Se había ganado la condición de alternativa Jesé. Una opción menos para el equipo blanco. Sobre todo cuando el marcador lo requiera.

Era la presencia del Jesé uno de los pocos alicientes de un duelo sentenciado. Un trámite a favor de los poco habituales. De jugadores como Álvaro Morata, Nacho, Illarramendi, Coentrao o Isco, que al igual que Jesé deberían ganar en rodaje en el partido de vuelta de la Liga de Campeones. Solo Ronaldo, Sergio Ramos y Xabi Alonso eran titulares cada domingo.

El choque buceó en el tedio. Con excesivo toque del cuadro blanco ante un rival aparentemente acomplejado. A la expectativa. Sin fe en sus posibilidades y resignado a su suerte a pesar del entusiasmo en la grada de sus 4.000 fieles, que no dejaron de alentar cada acción germana.

El sopor se rompió pasado el minuto veinte. Con una rápida jugada iniciada por Álvaro Morata, continuada por el galés Gareth Bale y culminada por Cristiano Ronaldo.

El tanto del luso sí estaba en el guión. La presencia de Ronaldo solo tenía esa justificación en un partido de trámite. Un riesgo tal vez innecesario solo argumentado por el voraz ansia del goleador de agrandar sus registros.

Pudo hacer más daño el Real Madrid a partir de ese momento. La figura de Isco Alarcón creció para generar mayor profundidad a su equipo. Pero se oscureció la de Morata, ofuscado en enmendar un error a puerta vacía a pase de Bale.

El canterano pretendió enterrar el fallo con un gol que no llegó. Buscó portería en dos jugadas donde el pase era mejor opción. En una se llevó el reproche de la grada.

Apenas había noticias del Schalke, que no tiró a portería hasta la media hora. Y marcó. Fue un disparo de Tim Hoogland que cambió Sergio Ramos de trayectoria para confundir a Casillas. Después se pudo adelantar por medio de Jan Klaas Huntelaar. Pero su remate salió cerca del palo izquierdo de Iker.

El partido reveló pinta de pachanga tras el intermedio. Keller retiró a Huntelaar y Ancelotti a Xabi Alonso.

Ronaldo pudo marcar el segundo nada más empezar. Pero Ralf Fahrmann lo evitó. Igual que el remate de Isco, minutos después, que no pudo culminar con gol una acción preciosista.

Cristiano Ronaldo agrandó sus cifras y dio ventaja al Real Madrid en una arrancada desde el centro del campo que culminó por el palo corto de Fahrmann. Fue el decimotercer gol del luso en la competición.

A continuación, Morata se sacó la espina al rematar sin oposición el rechace a un disparo de Ronaldo, al que solo los palos le impidieron superar el registro de Leo Messi y del ítalo brasileño Jose Alcafini, que con catorce dianas mantienen el récord goleador en el torneo en una temporada.