La lesión de Vinicius, al detalle

Vinicius salió del terreno de juego roto de dolor

Vinicius salió llorando del terreno de juego / Mediapro

Jordi Vega

Según nos explica el doctor Jordi Vega, traumatólogo experto en tobillo y pie de iMove - Clínica Mi Tres Torres“la lesión de los ligamentos del tobillo es la lesión deportiva más frecuente”. No es raro que cada semana salte una noticia de algún jugador profesional de fútbol u otros deportes que haya sufrido un esguince del tobillo. “El esguince de tobillo siempre implica una lesión de los ligamentos que estabilizan la articulación entre la tibia y el peroné o entre la tibia-peroné con el resto del pie. Esta lesión del ligamento puede ir desde un grado menor o grado 1 en que la lesión que ha sufrido el ligamento es pequeña, a un grado máximo o grado 3 en que el ligamento se ha roto por completo”, asegura el Dr. Vega.

En el caso de Vinicius, la lesión ha implicado a los ligamentos entre la tibia y el peroné a nivel del tobillo, la llamada sindésmosis del tobillo. Este tipo de esguince, también llamado esguince alto del tobillo, es un esguince poco frecuente pero que puede implicar grandes secuelas si no se trata correctamente. Debido a la poca frecuencia en relación con otros tipos de esguinces del tobillo, puede pasar desapercibido o infravalorarse. Por ese motivo, tal y como recomienda el Dr. Vega, “es fundamental una correcta exploración del tobillo. El dolor en la zona de la sindésmosis del tobillo deberá hacer sospechar la lesión de sus ligamentos”.

Al ser la lesión de ligamentos de Vinicius en un grado 1, “puede tratarse de manera conservadora mediante inmovilización, hielo local y la toma de antiinflamatorio oral. Tras un periodo de 2 a 3 semanas, puede iniciarse una rehabilitación de manera progresiva de modo que a los 2 meses el deportista puede regresar a su actividad previa a la lesión”, nos explica el Dr. Vega. La lesión en un grado 1 no suele dejar ninguna secuela y el pronóstico es bueno. Sin embargo, una lesión de los ligamentos en grado 2 ó 3 pueden implicar una inestabilidad entre la tibia y el peroné. En general, dicha secuela suele ser muy mal tolerada por el paciente, con presencia de dolor en la región de la lesión, y limitación de la actividad deportiva e incluso de las actividades diarias de menor intensidad como subir y bajar escaleras. En estos casos, el estudio mediante una resonancia magnética puede dar el diagnóstico, mientras que el mejor tratamiento es el quirúrgico.