Kiev pasa por Múnich

El Bayern espera al Real Madrid con sed de venganza y el estímulo Heynckes, que le ha devuelto la fortaleza para luchar por otra final

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

El Bayern espera al Real Madrid con las peores intenciones y los mejores argumentos para vengar la eliminación de la temporada pasada.

Un Bayern que ha recuperado su instinto depredador con el regreso de Jupp Heynckes al banquillo, el autor de la ‘Séptima’, el que devolvió la Copa a las vitrinas blancas 32 años después. Su presencia es un estímulo para los muniqueses y una amenaza para los madridistas. Un duelo que cruza la moral local con las dudas visitantes. 

Es un Real Madrid difuso, al que la Juventus arrebató esa seguridad que tenía para andar por Europa. Le pintó la cara y le recordó que el Madrid 17-18 es un camaleón que no controla sus cambios de aspecto. Que presumir de imagen en la Champions es un mero disfraz para intimidar a sus rivales. Pura fachada como demostró el Tottenham en la fase de Grupos y la Juventus en los cuartos de final. Pero también es un rival venenoso si se le dejas clavar su aguijón, si le dejas pensar y jugar, porque tiene talento en los pies de cualquiera de sus jugadores. Esa es la misión bávara, ahogar sus ideas y aprovechar sus debilidades defensivas. Divertirse a costa de un rival al que tiene ganas y desquitarse de la eliminación de la pasada edición, en la que las decisiones arbitrales no les favorecieron.

¡Al ataque!

Heynckes tiene intención de disponer de todos sus cañones. Apostar por sus hombres más creativos y decisivos para salir al ataque. El objetivo es viajar a Madrid con las espaldas cubiertas. Con un resultado favorable que blinde su pase a la final de Kiev. Hará una apuesta tan valiente como arriesgada ante un rival peligroso. Pero cuenta con el factor campo, con el jugador extra de una grada volcada que azare al rival. El objetivo es apabullar la resistencia blanca, quitarle el balón y encerrarle en su campo para golpearle a riesgo de ser golpeado. Con Müller, con Ribery, con James, con Robben y, sobre todo, con Lewandowski el deseado de Florentino Pérez. El que les dejó fuera de la final en 2013 con el Borussia. Una final que se llevaron los muniqueses (1-2) para levantar su quinto título y convencer al polaco para sumarlo a su causa.

Con los de Cardiff Zidane repetirá los argumentos que le llevaron a ganar las dos últimos ‘orejonas’. Un guión que conoce toda la Europa futbolística. Saldrá con los mismos protagonistas que ganaron la ‘duodécima’ en Cardiff, y los que superaron al PSG en el Bernabéu (3-1) o a la Juventus en Turín (0-3). Un equipo que juega de memoria cuando cierra filas, liderado por un Sergio Ramos que no jugó la vuelta ante la Juve, y con un Cristiano que afila sus botas para seguir marcando el camino con sus goles. 

Una eliminatoria abierta marcada por la sed de venganza de los alemanes ante un Real Madrid imprevisible, capaz de lo mejor y de lo peor. Un partido grande en busca de la final.