Real Madrid

La gran traición de Florentino a Rafa Benítez

El presidente le negó los fichajes prometidos, le obligó a colocar a Bale de mediapunta y le prohibió castigar a James Rodríguez

Florentino no apoyó a Benítez desde su inicio

Florentino no apoyo a Benítez desde su inicio / epp / vls

Lluís Miguelsanz

La relación entre el presidente madridista, Florentino Pérez, y su exentrenador, Rafa Benítez, ha acabado mal. El técnico blanco se siente absolutamente traicionado por el dirigente, cuyas órdenes han abocado al equipo a una situación deportiva insostenible. 

Benítez no hablará públicamente por contrato, pero tanto él como su entorno entienden que se les ha traicionado desde el primer día. Florentino Pérez le negó los fichajes prometidos a Benítez en la pretemporada, le obligó a colocar a Gareth Bale como mediapunta por detrás del delantero, le coló la llegada de Kovacic y permitió todos los desaires de James Rodríguez, el verdadero problema del técnico dentro del vestuario.

La primera gran fricción con Benítez llegó con Gareth Bale. El galés le comunicó al técnico en el mes de agosto que tenía una oferta del Manchester United y que deseaba marcharse. Se siente ninguneado en el Madrid y su nivel de adaptación es nulo. Ni habla castellano, ni le interesa hablarlo en el futuro.

Con estas premisas, el técnico le dio el OK si se llegaba a un acuerdo, pero Florentino Pérez le convenció para quedarse...pero con trampa. El todopoderoso presidente le dejó claro que Bale era el activo más importante del club y le sugirió que debía jugar como segunda punta por detrás del delantero. Era una orden, que trastocaba todos los planes tácticos de Benítez.

Y es que el entrenador, al llegar al Real Madrid, recibió la promesa de que tendría voz y voto en los fichajes. Pidió un centrocampista físico, un lateral zurdo y un delantero centro. La respuesta de Florentino fue traerle a Kovacic, que era el décimo de la lista, y negarle el delantero aduciendo que Gareth Bale iba a jugar en punta y no necesitaba de más efectivos.

Del lateral nunca más se supo porque su única obsesión en verano era traer al portero De Gea y las negociaciones acabaron en un ridículo sonado.

Benítez comenzó la temporada mosqueado y sin entender su desamparo dentro del Madrid. Con una plantilla descompensada, su gran problema fue <strong>James Rodríguez</strong>, uno de los ojitos derechos del presidente.

Sus faltas de respeto han sido contínuas, al igual que las faltas disciplinarias, pero el club no hizo nada para enmendarle. La gran bronca llegó cuando James llegó 24 horas antes del clásico a Madrid tras retrasarse de un viaje a Colombia con la selección. Vino en un estado físico deplorable y exigió jugar.

Los técnicos se negaron y el presidente llamó expresamente para que tuviera un puesto en el once. Benítez lo colocó y James fue un coladero absoluto. El 0-4 acabó matando a Benítez, pero la traición del presidente le dejó KO desde el verano. Si Florentino trata así a Zidane, el Madrid acabará como el rosario de la aurora