El partido contra el Schalke ha representado un punto de inflexión

Cristiano Ronaldo rompe con el Real Madrid

Para Cristiano Ronaldo resultó humillante comprobar que no es intocable, en contra de lo que él pensaba

Francesc J. Gimeno

Dos meses después de haber roto su relación con la modelo rusa Irina Shayk, el portugués Cristiano Ronaldo acaba de escenificar también su separación con el Real Madrid. La derrota ante el Schalke 04 ha sido un punto de inflexión. A partir de ahora nada volverá a ser igual. El idilio entre la estrella portuguesa y el madridismo ha llegado a su fin. Resultó elocuente la rabia con la que celebró sus dos goles al Schalke, que precisamente evitaron la debacle del equipo blanco. Desafiante, Cristiano no escondió su desazón y su irritación con la afición que tanto le ha idolatrado. Seis temporadas después su llegada para convertirse en el buque insignia del segundo proyecto galáctico de Florentino Pérez, Cristiano Ronaldo ha perdido su conexión afectiva con el Bernabéu.

El idilio entre Cristiano Ronaldo y el Madrid parece haber llegado a su fin. El portugués no ocultó su indignación con el trato que le brindó su afición durante el partido disputado el pasado martes. Se sintió insultado al escuchar como un significativo sector de la afición madridista silbaba mientras su fotografía aparecía en el marcador y su nombre era pronunciado por megafonía. Fue sin duda una imagen muy difícil de digerir para alguien con su descomunal ego. Después de haberse arrogado en multitud de ocasiones el papel de salvador del Madrid, esos silbidos supusieron un auténtico ultraje, una afrenta en toda regla. Algo debió romperse en su corazón. Era la gota que colmaba el vaso después de los abucheos que tuvo que soportar a raíz de la derrota en el clásico y la posterior juerga para celebrar su 30º cumpleaños.

Alguien con la piel tan sensible como Cristiano no podía tolerar eso. El portugués jugó irritado todo el partido. Su ira quedó en evidencia en cuanto marcó el primer gol. Su compatriota Fabio Coentrao tuvo que calmarle, porque sus gestos e imprecaciones eran evidentes y podían provocar un terremoto. Cristiano era en esos momento un volcán a punto de estallar.

El extremo portugués también protagonizó un sonado incidente al concluir el partido, cuando el capitán madridista, Iker Casillas, le impidió retirarse a los vestuarios y le obligó a acudir al círculo central para saludar a la afición madridista. Cristiano lo hizo a regañadientes, después de unos instantes de tensión entre ambos, pero ni se inmutó. Con el rostro encendido por el enojo, se puso los brazos en jarras y no aplaudió ni una sola vez. Se limitó a mirar desafiante al osado cámara de televisión que se atrevió a dirigir su objetivo hacia él durante unos segundos que se le hicieron eternos.

ESCENARIO INCIERTO

Y para colmo, la estrella madridista se negó a comparecer ante los periodistas en la zona mixta y adelantó que no pensaba hablar más con la prensa hasta el próximo mes de junio. Todo un síntoma de su descomunal disgusto.

La pelota está ahora en el tejado de su representante, el todopoderoso Jorge Mendes, que ha dirigido con mimo y dedicación su carrera futbolística. Mendes y Cristiano pensaban que habían acertado plenamente al tomar la decisión de que el Bernabéu era el mejor escenario posible para culminar su sueño compartido de desbancar al argentino Leo Messi del primer escalón del Olimpo futbolístico, pero lo ocurrido durante las últimas semanas ha puesto en cuarentena dicha postura.

Un año y medio después de haber prolongado su contrato con el Madrid hasta junio del 2018 a razón de 18 millones de euros netos por temporada, Cristiano Ronaldo se ha dado cuenta de que nada es eterno y de que posiblemente tendrá que replantearse muy seriamente su futuro. Hasta ahora había rechazado una por una todas las ofertas que iba recibiendo, pese a que le prometían mucho más dinero del que ahora cobra, pero su ruptura con el Madrid ha cambiado el panorama de forma radical.

Es probable que Mendes se ponga pronto a trabajar con vistas a la próxima temporada y reanude los contactos con los dirigentes del París Saint-Germain, el Mónaco y el Manchester United que la renovación del extremo portugués frenó en seco. El representante del luso deberá utilizar pronto su agenda para empezar a sondear el mercado. Florentino Pérez, presidente madridista, ya avisó en su día de que si Cristiano quería irse del Madrid tendría que pagar los mil millones de euros que figuran en su cláusula de rescisión.