Los pitos del sábado escenifican la ruptura definitiva entre la afición y Casillas

El Bernabéu pide el relevo en la portería

El futuro de Iker Casillas en el Real Madrid se antoja tan negro como cuando estaba Mourinho

Casillas y Keylor Navas

La afición 'pidió' el cambio en la portería del Real Madrid. Casillas sigue en entredicho / sport

Fernando Baquero

La situación de Iker Casillas en el Real Madrid vuelve a ser insostenible. La monumental pitada que tuvo que soportar el guardameta en el Bernabéu es el principal indicativo de que la ruptura es definitiva. No hay vuelta atrás. 

Llama la atención que Casillas se llevase la peor parte de la indignación que el público mostró durante el partido del sábado frente al Deportivo. Cristiano Ronaldo, James Rodríguez o Marcelo, entre otros, estuvieron de fiesta pocas horas después de la humillante derrota en el Calderón pero, en cambio, apenas han purgado por ello. 

El propio Iker reconocía ayer tras el entrenamiento que ya no puede hacer nada para volver a contar con el favor de la grada.

“Cada uno puede opinar lo que quiera. Cuando el público pita es que tiene razón en todo. Yo me limito a jugar y hacerlo lo mejor posible”, dijo el portero ante las cámaras de Cuatro cuando salía de Valdebebas. Sabe que si después de participar activamente en dos títulos la pasada temporada -la Copa y la Champions- no ha conseguido cerrar la herida que le infligió José Mourinho, ya nada podrá hacerlo.

A nadie se le escapa que detrás de esta animadversión de la grada estaría Florentino Pérez, quien se alineó del lado del entrenador portugués en su enfrentamiento con Casillas. En Madrid es un secreto a voces que la Grada Joven, que el propio presidente impulsó cuando expulsó a los Ultras Sur, está teledirigida desde la zona noble. De esa zona del estadio es donde siempre surgen los pitos contra Iker y son sus miembros los que marcan la pauta al resto del público. El sábado solo tardaron 43 segundos en silbarle, los que tardó en tocar el balón por primera vez tras una cesión. Se trataría de una campaña en toda regla contra Casillas. 

Incluso se asegura en algunos medios de comunicación madrileños que fue el propio Florentino Pérez quien filtró aquella reacción de Iker -“No fue para tanto”- cuando les abroncó por dolorosa la derrota en el derbi. 

Lo único que de momento le salva es que Carlo Ancelotti no quiere más problemas. Bastante tiene el italiano con la sequía de Cristiano, las fiestas y la plaga de lesiones que asola la plantilla. Apartar de la titularidad a Iker sería crear un nuevo e innecesario conflicto en un vestuario dividido como si de ghettos se tratara. Y eso no le conviene ahora que ha perdido gran parte de su crédito por su incapacidad de tomar decisiones.

Sea por las maniobras del presidente sea porque la sombra de Mourinho sigue siendo alargada, o simplemente porque Casillas ya no es el que era, lo cierto es que el Bernabéu ya no le quiere. Casi se podría decir que ni le importa quién debe jugar en su lugar –Keylor Navas tampoco despierta pasiones–; lo que pide es que Iker no siga. 

Y el entorno más cercano del portero le ha comenzado a aconsejar que en verano coja la puerta y se vaya. Que dé un portazo. Que continúe su carrera profesional en Inglaterra, en Estados Unidos o en Alemania. Donde sea menos en el Real Madrid. Y, según se dice, Casillas se lo está planteando.