Su rendimiento cae
Bale se apaga
El Madrid afronta una semana grande ante el Liverpool y el Barça y se pregunta si Gareth merece ser titular
Alejandro Alcázar
Bale se quedó en el banquillo ante el Levante por problemas físicos por primera vez esta temporada. El galés había sido titular en los otros doce encuentros pero su aportación al juego del equipo fue cuestionada por individualista y falta de solidaridad defensiva. El famoso equilibrio que tanto busca Ancelotti señaló en un principio a James por su obligada reconversión en tareas destructivas, pero a medida que fueron pasando los partidos quedó al descubierto que quien se desligaba de esas tareas era el galés que reservaba fuerzas para atacar y brillar marcando goles. Ante el Levante Ancelotti apostó por Isco y James, dos medias puntas que han cambiado el chip para esforzarse en replegar líneas y juntarse a Modric y Kroos. El resultado fue un equipo más sólido en la medular, con un 4-4-2 efectivo en lugar del 4-3-3 que dibuja el Madrid en el campo cuando juega Bale.
El galés está dejando muchos interrogantes entre los madridistas, al que consideran un futbolista egoísta que solo se apunta al juego ofensivo sin implicarse en la elaboración o destrucción. Ha asumido un rol de finalizador que pone en peligro ese equilibrio que necesita un equipo tan ofensivo como es este Madrid. El tándem Isco-James funcionó, creó fútbol ofensivo y lo mejor de todo es que, al igual que Bale, demostraron tener gol. O sea, el Madrid ganó en consistencia y mantuvo la pegada que exhibe con el galés.
El equipo blanco afronta una semana grande con su visita a Anfield donde le espera el Liverpool, y la cierra con el clásico ante el Barça. Dos partidos de máxima exigencia, sobre todo ante el cuadro de Luis Enrique, en el que no puede perder el equilibrio. Ancelotti ha comprobado que Bale es una amenaza permanente para las defensas rivales, pero también que si no se implica en el juego de equipo, pierden empaque mientras que con Isco y James el equilibrio es mayor y enriquecen el juego ofensivo y aportan más toque, creatividad y fantasía manteniendo el mismo nivel resolutivo. El problema es que James e Isco juntos valieron casi lo mismo que Bale.
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