Jordi Masip, el nuevo Jorquera

Alguien debería explicar muy bien cuál es la función del tercer portero en un equipo grande. Por poner un ejemplo, en el Barcelona, los roles en la portería en los últimos años han estado muy claros. Valdés lo jugaba todo menos los partidos de Copa que eran propiedad de Pinto y en los dos últimos años, la Liga era para Claudio Bravo y la Copa y la Champions para Ter Stegen.

La pregunta siguiente que uno se formula es: ¿qué les queda a Albert Jorquera y a Jordi Masip? La respuesta es sencilla, nada. O mejor dicho, el partido de vuelta de la primera eliminatoria de Copa contra un equipo de Segunda B o los partidos de Liga cuando el campeonato de la regularidad ya está sentenciado... sin olvidar el amistoso que cada Navidad juega la selecció catalana. 

MENTIRA PIADOSA. Eso sí todos los entrenadores, ya sea Guardiola, Tito o Luis Enrique, no se cansan de repetir una y otra que los tres porteros cuentan por igual y que cualquiera puede ser el titular. Pero las palabras se quedan en nada porque el papel de Jorquera y ahora el de Masip es entrenarse con profesionalidad -mucha- cada día en busca de una oportunidad que saben que no va a llegar.

Imagínense como debe estar Masip cuando ha comprobado que al marcharse Bravo nunca se ha contemplado la posibilidad de que él ocupase la plaza del chileno. Ha podido ‘enterarse’ de cuál es su rol en el vestuario. Y que es idéntico al de Jorquera.

¿Y por qué Masip y antes Jorquera no piden irse para poder jugar? Esta es una pregunta complicada de responder. Pero lo cierto es que cuando Jorquera lo intentó después de varios años en el primer equipo se estrelló. Se fue al Girona y después se retiró. Un portero necesita actividad y estar muchos años sin jugar es un hándicap que después es difícil de superar. A Masip le puede pasar lo mismo si tarda mucho en tomar la decisión de abandonar el Barcelona y emprender su carrera deportiva en otro club.