PUNTO Y SEGUIDO

Abidal juega con fuego

Francisco de Haro

contradicciones. Si algún jugador de la plantilla del FC Barcelona del año pasado pudo comprobar el amor de la afición éste fue, sin duda, Eric Abidal. El francés anunció que tenía un pequeño turmor en el hígado y comprobó, en primera persona, el afecto no solo del vestuario sino, y muy especialmente, de los seguidores culés.

Aseguró el defensa que nunca olvidaría la ovación de los aficionados le dedicaron cuando volvió a jugar en el Camp Nou. Tampoco olvidará, seguro, el detallazo de Puyol de entregarle el brazalete en Wembley para que pudiera ser el primero en levantar la Champions de manos de Platini. Ni Puyol, ni Xavi ni Messi. Fue él quien alzó al cielo el trofeo.

Pero han pasado los meses y a Abidal parece que se le está olvidando todo al tener dos detalles nada acordes con el cariño que todos le han mostrado. Primero, sigue sin aceptar la oferta de renovación que el club le ha hecho llegar. No quiso renovar mientras se estaba recuperando ni tampoco ahora. Quizá la oferta millonaria que le ha hecho el PSG tenga la culpa.

Tampoco es de recibo que, con una carta de los médicos del club que le recomendaban no jugar con Francia, no dudara en jugar ante Bosnia los 90 minutos. El propio jugador reconocía al final que tenía molestias y que entendía que Pep pudiera estar disgustado. Afortunadamente parece que podrá jugar contra el Racing, pero Abidal juega con fuego y ni el Barça ni su afición se lo merecen.