Cuatro años de cárcel

El falso futbolista que vivía a todo lujo

Medi Abalimba, ex del Derby County, se hizo pasar durante meses por el jugador del Chelsea Gael Kakuta. En su nombre gastó miles de euros y se coló en los mejores hoteles de Londres

Kakuta, ajeno al fraude de Abalimba, pelea por triunfar cedido en el Rayo Vallecano

Kakuta, ajeno al fraude de Abalimba, pelea por triunfar cedido en el Rayo Vallecano / sport

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El sueño del congolés Medi Abalimba siempre fue el de convertirse en futbolista profesional y cerca estuvo de conseguirlo cuando el Derby County se hizo con sus servicios por algo más de un millón de euros.

El sueño, sin embargo, le duró poco y su carrera profesional se fue al traste por su polémico carácter, las malas compañías que frecuentaba y una serie de lesiones que le impedieron ganarse un puesto en el equipo.

Abalimba nunca acabó de asumir que su carrera como futbolista, y sus privilegios, se habían acabado y optó, entonces, por falsearla para seguir viviendo por encima de sus posibilidades. A sus 25 años, el congolés buscó parecidos razonables y encontró uno con el jugador del Chelsea Gael Kakuta, actualmente cedido al Rayo Vallecano.

Elegida la 'víctima', Abalimba le echó morro al asunto y no dudó en hacerse pasar por la promesa 'blue' a la hora de comprar en grandes almacenes y hospedarse en hoteles de máxima categoría en Londres. Según informa la Policía del Reino Unido, Medi Abalimba se gastó, por ejemplo, 20.000 libras en una tarde en los prestigiosos Selfridges o dejó a deber más de 3.000 euros en champán en un elitista club de Manchester con la excusa de haberse dejado la cartera en su limusina.

Ese día, sin ir más lejos, Medi Abalimba no dudó en alquilar un helicóptero para regresar a Londres acompañado de cuatro mujeres haciéndose pasar por el pobre Kakuta, ajeno a todo el lío. Cuando no dejaba a deber, Abalimba pagaba con tarjetas de crédito American Express que fotografiaba a escondidas en el gimnasio londinense al que estaba apuntado.

La técnica la llevaba bien aprendida ya que él mismo se encargaba de abrir las taquillas de sus 'compañeros' de vestuario para tomar los datos. Una vez localizadas, el congolés se las apañaba para poder hacerlas servir. No contaba, sin embargo, con que un día sus trapicheos levantarían sospechas y, tras semanas de seguimiento, el tribunal de Manchester reclamó su presencia.

Comprabado el fraude y la estafa reiterada, además de la usurpación de identidad, el juez no dudó en condenar a cuatro años de prisión a Medi Abalimba. Se acabó el sueño futbolista, pero sobretodo una vida de privilegios y gastos excesivos que ni el propio Gael Kakuta, que pelea también por ver cumplido su sueño de triunfar en el Chelsea, disfruta por el momento en Vallecas.