Costa se reconcilia y el Chelsea es más líder

Diego Costa celebró con rabia su gol

Diego Costa celebró con rabia su gol / EFE

Pol Ballús

Diego Costa puso fin a su desencuentro con el Chelsea llevando a su equipo al triunfo contra el Hull City (2-0). El conjunto de Antonio Conte, sin necesidad de mostrar su mejor versión, tuvo suficiente con dos latigazos en el tramo final de cada periodo para liquidar un limitado Hull. 

El triunfo deja a los ‘blues’ más líderes en una jornada perfecta para ellos, en la que solo uno de sus seis perseguidores ganó. El Arsenal, a ocho puntos, es ahora segundo clasificado.

La vuelta del punta hispano brasileño, reincorporado en la plantilla tras su incidente con el cuerpo técnico, estuvo a punto de tener un efecto inmediato con una ocasión a los pocos segundos de partidos. La efervescencia del encuentro fue diluyendo en un arranque del primer tiempo correoso, de los difíciles de masticar.

El Hull llegó a Stamford Bridge para encerrarse con cinco defensas y solo Abel Hernández descolgado en ataque, y a ver qué pasaba. Lo que pasó, en muchos minutos, fue poco. Tuvo cierta influencia también el duro choque fortuito entre Cahill y Mason. El partido se paró durante nueve minutos y el visitante fue evacuado del estadio por una conmoción.

El Chelsea se desperezó a partir de la pareja Hazard-Pedro en la mediapunta, y un incisivo Moses por el carril diestro. Los hombres de Antonio Conte acorralaron progresivamente al Hull, que se abonaba a la condena de encajar tarde o temprano. Diego Costa vio como le anulaba un gol por un justo fuera de juego tras asistencia de Hazard en profundidad.

Las cadenas de los ‘tigers’ se rompieron al borde del descanso. Fue de nuevo el profundo Moses quien desbordó por bando y envió un centro raso. A pie casi plantado, emergió Diego Costa del bullicio para fusilar a Jakupovic con un tiro sobrio. Con 15 tantos, el internacional español es el máximo artillero de la Premier junto a Alexis Sánchez.

Segunda parte gris, sentencia final

El guión cambió tras el descanso, y muy distinto pudiera haber sido el partido para el Hull City si el colegiado Neil Swarbrick hubiera visto un claro penalti en el área local. Marcos Alonso tumbó de forma torpe a Abel Hernández, pero las protestas fueron estériles. Los visitantes trataron de estirarse.

El técnico Marco Silva dio entrada a Niasse para acompañar al punta Hernández, y la mínima diferencia les insufló fe y confianza para la segunda mitad de partido. Maguire y Meyler pusieron a prueba a Courtois, atento en ambas ocasiones. El Chelsea se atrancó y no conseguía generar peligro cuando se veía caminando por el alambre, donde el más mínimo error se paga caro.

Los fantasmas los alejó el Chelsea a balón parado. Los de Conte dictaron sentencia a falta de diez minutos para el final, con Cesc Fábregas como asistente. El catalán sacó una falta lateral al corazón del área pequeña, donde apareció Cahill para penalizar la indecisión defensiva y rematar a gol el 2-0 definitivo. 

Es la victoria número 18 de los 22 partidos disputados hasta ahora de Premier para un Chelsea que no necesita brillar para seguir intratable.