PLANETA BARÇA

Amor: "Con todo respeto digo que sí, soy 'hijo' de Johan"

En su primera temporada como técnico profesional ha sido capaz de ganar la nueva Liga profesional de Australia con el Adelaide United

El de Benidorm puede presumir de tener un palmarés al alcance de muy pocos

El de Benidorm puede presumir de tener un palmarés al alcance de muy pocos / sport

TONI FRIEROS

Australia...

Me llamó Josep Gombau, que entrenaba al Adelaide, y me dijo que viniera. Y vine. 

Pero no a entrenar...

Al principio no, solo a conocer esto. Tenía ciertas reticencias por la familia. 

Es que está muy lejos...

Po eso. Y teníamos a un hijo estudiando en Barcelona y a otro en Londres. Al final vinimos con Guille, el pequeño.

Y se quedaron...

Sí. Aquí en Adelaide la gente es muy tranquila, es como un pueblo grande. Todos son muy amables.

Empezó como segundo de Josep Gombau...

Debuté como ‘tecnical director’, ayudando en los entrenamientos y en el área deportiva. Gombau se marchó a Nueva York a final de temporada y me propusieron coger el equipo.

¿Cómo es la ‘A League’ australiana?

Una segunda división en España, seguro. Y algunos equipos, como el Adelaide United, Melbourne City, Melbourne Victory o Western Sydney que podrían jugar perfectamente en Primera División. Hay jugadores de mucho nivel aquí.

¿Cuántos extranjeros pueden jugar?

Un máximo de cinco jugadores extranjeros por equipo. Además, hay un tope salarial que no se puede sobrepasar. Es como si todos jugáramos con las mismas condiciones.

Solo son diez equipos... 

Sí, nueve  de Australia y uno de Nueva Zelanda, el Wellington Phoenix.

¿Y como se hace una Liga con tan pocos equipos?

El primer y el segundo pasan directamente a las semifinales del ‘play off’, que se juega a partido único y siempre en campo propio. Los otros semifinalistas salen de los enfrentamientos entre el tercero y sexto y cuarto contra el quinto.

La final se jugó el 1 de mayo...

Fue un día muy especial, porque en la Liga regular no pudimos ganar nunca al Western Sydney. Había más de 50.000 personas en el estadio, en el Adelaide Oval, y la verdad, fue muy hermoso, muy emocionante.

¿Le hizo viajar en el tiempo a su etapa triunfal en el Barça?

Aquellos recuerdos siempre me acompañan, forman parte de mi equipaje personal allá donde voy.

¿Qué cuerpo se le quedó cuando tuvo conocimiento de la muerte de Cruyff?

Uffff... Me dolió muchísimo. Aunque sabíamos de su enfermedad, creíamos que le estaba ganando el pulso al cáncer. Fue un golpe duro. Al menos para mí.

Para todos, sí... ¿Usted se considera un ‘hijo’ de Cruyff’?

Con todo el respeto del mundo, creo que Jordi entenderá que diga que sí. Es más, yo creo que todos aquellos niños que subimos desde el Barça B con Cruyff tenemos ese sentimiento.

Hermoso, por cierto...

Johan siempre fue un entrenador muy valiente. No tenía miedo a equivocarse porque creía ciegamente en su forma entender el fútbol. Apostaba muy fuerte por la cantera, por ejemplo. Siendo entrenador del Barça eso tiene mucho mérito

¿Qué le aportó a usted?

A ver el fútbol con otros ojos. Lo que más valoro, ahora con el paso del tiempo, es la tranquilidad que me transmitía siempre: “Tranquilo, Guillermo, juega como sabes. Fácil, no te compliques la vida”, me decía.

Y le hizo caso a pie juntillas...

Johan nos sacaba la presión de encima, si bien a la vez era muy exigente con nosotros. Su mentalidad nos contagió a todos . Quería que jugáramos rápido, que circulara la pelota lo más rápidamente posible hacia adelante, que arriesgáramos. Y ganamos tanto porque fuimos valientes y porque arriesgábamos en cada partido.

¡Y porque eran muy buenos!

No teníamos malos jugadores, no (risas). Mire, se ha hablado mucho del Dream Team, se han escrito muchas cosas sobre él...

Sí y casi todas buenas, ¿eh?

Sí, sí, estoy de cuardo, pero me refiero a que muy pocas veces se ha puesto el foco en algo que para mí fue básico, el pilar donde se cimentó el éxito de aquel gran equipo.

Desvele el secreto...

Nos divertíamos muchísimo. Estábamos ‘enganchados’ a Cruyff, a los entrenamientos y disfrutábamos jugando como no se puede imaginar.

¡Y encima les pagaban!

Ja, ja, ja... si...

¿Ha aplicado lo aprendido con Cruyff en Australia?

Sí, esa es la idea. Con matices, porque no tienes a los mismos jugadores y hay situaciones a veces complicadas, la esencia siempre es esa: dominar la pelota, empezar desde atrás, tener posesiones largas, mover bien el balón, intentar tener superioridad numérica en la zona ancha, entrar bien profundo por las bandas, abrir el campo...

¿Le sorprende el éxito que ha tenido y tiene Guardiola como entrenador?

En absoluto, porque Pep es un ‘enfermo’ del fútbol, un estudioso  que ha mejorado las enseñanzas de Johan Cruyff.

Zubi, Koeman, Txiki, Pep, Laudrup, usted... todos siguen al más alto nivel. ¿Qué le dio Johan al Dream Team?

Pasión po el balón, amor por el fútbol, un ADN que es muy azulgrana, muy nuestro. 

¿Seguirá en Australia?

Tengo otro año firmado, esa es la realidad. Ahora vamos a descansar, a disfrutar de las vacaciones y hablaremos. La experiencia ha sido extraordinaria.

Como dicen allí, “Yes, mate!”