La pizarra de Pichi

Victoria que deja síntomas preocupantes

Joaquín, en un lance del juego junto a Leo Messi

Joaquín, en un lance del juego junto a Leo Messi / sport

Pichi Alonso

El Barcelona sumó los tres puntos en el Villamarín y sigue su camino hacia un nuevo título de Liga. Quedan solo dos partidos por jugar y todo parece encaminado... pero la imagen de los hombres de Luis Enrique ante el Betis deja síntomas preocupantes, especialmente de cara a la final de la Copa del Rey ante el Sevilla que solo se juega a un partido. 

Los primeros cuarenta y cinco minutos del Barcelona en el Villamarín fueron decepcionantes. Los hombres de Luis Enrique  salieron con la intensidad baja, como ya ocurrió ante el Sporting pero la diferencia es que hoy se jugaban el título de Liga. Parecía que los jugadores no tenían espíritu y en este primer periodo no crearon ocasiones claras de gol.

El Barcelona empezó con un 3-4-3 con Busquets incrustado entre los centrales y con Alves y Alva situados como extremos, sin sorprender al Betis con sus llegadas. Tampoco la circulación del balón fue la correcta y en demasiadas ocasiones fueron los dos centrales (Piqué y Mascherano) los encargados de la creación.

Tampoco los tres jugadores ofensivos pudieron desbordar y originar combinaciones para crear peligro ante un Adán al que no pusieron en prueba. Ni tan siquiera cuando se quedaron con diez llegaron a crear ocasiones para marcar. Y ellos sabían que cuando marcasen el primer gol todo iba a cambiar.

Jugar con fuego. No mejoró la imagen el equipo en la segunda parte aunque, eso sí, marcó dos goles que le dieron los tres puntos.  Pero en muchos momentos, con el 0-1, el once barcelonista jugó con fuego y el Betis hubiera podido dar un susto en un saque de esquina o en una falta.

Lo más positivo de la noche es el resultado y lo peor la poca intensidad ofrecida por los hombres de Luis Enrique. Incluso en el gol de Suárez, el equipo frenó el contragolpe y, afortunadamente, apareció Leo Messi.