La pizarra de Pichi

Tres golazos y adiós al milagro del Arsenal

Los jugadores del FC Barcelona celebran uno de sus goles en la temporada 2015/16

Los jugadores del FC Barcelona celebran uno de sus goles en la temporada 2015/16 / sport

Pichi Alonso

Este Barça no está para brindar regalos ni milagros a nadie. Sin firmar un gran partido de Champions tuvo suficiente para derrotar a un Arsenal que en el Camp Nou generó mucho más peligro que en su feudo, el Emirates Stadium.

Falta de tensión. Anoche los de Luis Enrique sí dieron la sensación de salir con una marcha menos que respecto a partidos anteriores. La pelota no circuló con la misma fluidez y la presión alta del Arsenal inquietó más de la cuenta. De hecho, hasta que llegó el gol de Neymar incluso dio la sensación que el equipo no tenía el control del encuentro. Algo poco habitual en los azulgranas.

La realidad es que el espectador podía percibir la sensación de una cierta pasividad, con escasez de desmarques y cierta apatía en el trato del esférico. En contrapartida, el Arsenal tuvo facilidades para aproximarse al área de Ter Stegen y Özil entró en juego más de la cuenta.

Una sensación que contrasta con la enorme intensidad que el Barça adquiere cuando en este tipo de lances es capaz de habilitar al tridente y romper en los metros finales. Y es que este equipo se ha acostumbrado a manejar todo tipo escenarios, ya sea en función del marcador o bien de las exigencias del rival. Por ejemplo, como el Arsenal de ayer. Todo parece bajo control en una plantilla que a día de hoy disfruta de una confianza absoluta sobre el terreno de juego.

Obras de arte El Barça no sufre, entre otras cosas, porque disfruta de tres monstruos en ataque. El tridente volvió a dar una lección de efectividad cuando el equipo requirió de sus servicios. Y lo hizo con tres goles de bellísima factura.

Neymar definió una contra con enorme maestría, tras un pase de Luis Suárez y un remate perfectamente colocado con su pierna izquierda.

La volea de Luis Suárez fue otra de esas joyas dignas de enmarcar. Es difícil saber con qué golpeó, pero el balón fue a parar a la mismísma escuadra de Ospina.

Y el tercero llegó por obra y gracia de un ‘picada’ sutil de Leo Messi. El argentino faltaba por completar la fiesta del tridente y, aunque se hizo de rogar, no dejó plantado a su público.

Tres golazos para sentenciar la eliminatoria frente al Arsenal. Otra victoria y un paso más hacia la final de la Champions. Un detalle a tener en cuenta: el Barça sigue en Europa sin pasar por un solo apuro serio en sus partidos. Atención.