LA PIZARRA

Parar a Messi, una misión imposible

Messi preocupa al Athletic

Messi preocupa al Athletic / sport

Pichi Alonso

Más participativo. Esta temporada hemos visto un Messi con mayor incidencia en el juego si cabe. Las lesiones y el minucioso análisis de los rivales sobre su posición como falso nueve limitaron el curso pasado su protagonismo. En esta campaña se ha vuelto a ver al mejor Messi, especialmente desde la entrada de Luis Suárez y su regreso a la banda derecha. Desde ese flanco, el argentino tiene más participación en el juego y más espacios, porque el uruguayo le fija los centrales y le tira desmarques para combinar. Messi ha logrado mayor libertad de movimientos y ha aumentado su capacidad para asociarse con sus compañeros de vanguardia, con los que, dicho de paso, se entiende a la perfección. Y eso ayuda. Sin perder su instinto goleador, Messi se ha convertido en la referencia del ataque del Barça, por su insuperable visión de juego y su capacidad para pasar y tirar paredes. Sus balones entre el lateral y el central derecho a Neymar, Iniesta o Jordi Alba se han convertido en una de las armas más decisivas del ataque blaugrana.

Dos normas teóricas. Para frenar a Messi hay una teoría, pero no un esquema marcado. Hay dos normas básicas. La primera, que no reciba en zonas de peligro y que no pueda darse la vuelta y encarar portería. La segunda es cerrarle los pasillos interiores y disponer ayudas inmediatas para que no pueda levantar la cabeza. En el caso del Athletic, será Balenziaga, el lateral izquierdo el que tenga la misión de sacarle de las posiciones de peligro e impedirle en lo posible que inicie carrera hacia el interior, donde es capaz de resolver con facilidad, tirar paredes o asistir a Neymar, Iniesta o Jordi Alba. Balenziaga debería tener el apoyo de uno de los mediocentros, Iturraspe, Mikel Rico o San José, y del central zurdo, en este caso, Laporte. El objetivo es obligarle a driblar y si puede ser hacia la banda y la línea de fondo, donde pierde ángulo de disparo y se queda con el único recurso del centro. Celta, Málaga y Sevilla lo han hecho muy bien esta temporada y han logrado el objetivo de minimizar su juego, pero es casi misión imposible.