Marcar un gol rápido y todo solucionado

De entrada, un dato cuanto menos curioso. El Villanovense ha encajado cinco derrotas –todos los partidos que ha disputado– desde que empató en su campo contra el Barça en el partido de ida de la Copa. Es habitual que una plantilla cuando afronta un sobreesfuerzo en partidos de este tipo, y desborda ilusión durante los 90 minutos, lo acabe pagando a posteriori de una u otra manera. Pero cinco derrotas consecutivas hasta abocar el equipo a zona de descenso parece excesivo. Sin embargo, la mala trayectoria del equipo extremeño no debe influir en exceso en el encuentro de esta noche. El Villanovense seguro que cambiará de chip, recuperará su solvencia defensiva e intentará ser ese conjunto descarado capaz de presionar con cierta agresividad en la recuperación de balón. Saltarán al campo emocionados, posiblemente filmando el momento o sacando fotos como recuerdo para familiares, pero cuando el árbitro decrete el inicio del choque buscarán jugar el partido de su vida. En estos casos, y para evitar sorpresas mayúsculas, existe un remedio que nunca falla: marcar un gol por la vía rápida y sentenciar, si es posible, con una segunda diana antes de llegar al descanso.

Control y velocidad 

Pero para que lleguen los goles y el desánimo en el rival, el Barça debe hacer valer dos armas que en la ida brillaron por su ausencia, seguramente por culpa del terreno de juego y el estado muy castigado del césped. El Camp Nou debe hacer valer sus dimensiones y el buen estado del campo para castigar poco a poco al Villanovense. En la ida, las dificultades para ejercer el control del balón permitieron a los extremeños ser más efectivos en su presión. Hoy, el balón debe circular con fluidez para que la velocidad no solo desarbole la defensa rival sino para castigar física y anímicamente al Villanovense. Lo dicho, recuperar los hábitos del equipo y abrir el marcador por la vía rápida.