Este Barcelona de Luis Enrique tiene mucha hambre

El fuerte calor y el mal estado del terreno -seco y alto- impidieron que el Barcelona pudiera desarrollar su juego habitual y facilitaron la eficacia defensiva del Córdoba, que fue excelente hasta que llegó el gol de Rakitic. Hasta ese momento, el equipo cordobés mostró una buena imagen, cerrando muy bien los espacios en el centro de su defensa y saliendo con rapidez hacia el portal de Bravo pese a errar el pase en los metros finales. El partido estuvo hasta el gol del centrocampista croata igualado pero unos y otros sabían que todo variaría cuando llegase el primer tanto. Al Barcelona no se le puede negar que lo intentara desde el pitido inicial con un excelente pressing que hizo que se jugase prácticamente todo el tiempo en el campo del Córdoba. La igualdad se rompió cuando Messi alzó la cabeza y le dio una mágica asistencia a Rakitic y terminó de decantarse poco después con otro pase mágico en este caso de Iniesta para Luis Suárez, dos goles y partido visto para sentencia.

La mejor versión de Dani Alves ha llegado en este tramo final de temporada. El lateral brasileño está en un excelente momento de forma y fue una arma peligrosa en el juego ofensivo de del Barcelona, como lo demuestra de que sus botas nacieron los centros del tercer y cuarto gol del equipo. Este Barcelona, además, tiene un hambre de gol, de triunfos, de títulos impresionante y ayer en Córdoba lo volvió a demostrar. Podía haber puesto el freno, haberse guardado fuerzas pensando en el duelo del miércoles de Champions ante el Bayern de Múnich pero no fue así y después del tercer gol llegó el cuarto, el quinto, el sexto, el séptimo, el octavo... y pudieron caer más porque los azulgrana tuvieron muchas ocasiones de gol fruto de su excelente juego y de que el cuadro andaluz acabó bajando los brazos. Mención aparta el detalle de Leo Messi de dejar tirar el penalty a Neymar pese a que está luchando por el pichichi y por la Bota de Oro. Todo un detallazo.