Volver a abrir el campo

Dani Alves pelea un balón con Neymar durante el Juventus-Barcelona (3-0)

Dani Alves pelea un balón con Neymar durante el Juventus-Barcelona (3-0) / GIUSEPPE CACACE

Jordi Costa

Jordi Costa

Es probable que lo que suceda esta noche en el Camp Nou dependa más de lo mental que de lo futbolístico. Aunque es difícil imaginar que Buffon, Alves, Chiellini, Bonucci o Khedira se acongojen como Trapp, Marquinhos o Rabiot hace un mes, es cierto que la remontada al PSG se fraguó a partir del estado de ánimo de unos y otros, sin que el Barça necesitara una actuación ni mucho menos brillante. Y por ahí encaró Luis Enrique su rueda de prensa de ayer. Sin embargo, convendría que el Barça saque partido de sus armas futbolísticas, que por supuesto las tiene.

Se ha dicho mil veces que el 3-4-3 rescató al equipo en un momento delicado de la temporada, y tendría toda la lógica que Luis Enrique mantuviera la apuesta en la semana clave del curso. De hecho, eso se deduce cuando anuncia que hoy arriesgarán al límite. Y es cierto que no tendría mucho sentido salir con tres defensas al partido de ida en Turín para ahora recuperar la zaga de cuatro cuando tienes que remontar un 3-0. De la defensa de la Juve, en genérico, se ha hablado mucho antes y durante la eliminatoria. Por algo han encajado sólo dos goles en los nueve partidos de Champions que han disputado esta temporada. Pero ello no significa que sean invulnerables. Lo demuestra que el Barça, en un partido mediocre, dispuso de dos ocasiones clarísimas en el Juventus Stadium.

Apostar por el 3-4-3, efectivamente, permite juntar mucho más las líneas del equipo, y parece una buena elección si el guión pasa por ahogar a la Juve en su propia área, presionarla muy alto y recuperar el balón cerca de Buffon o provocar el error en la salida. Si es que los bianconeri pretenden salir con el balón jugado, que está por ver. Lo que es indiscutible es que la Juve defiende muy bien por dentro, por el oficio ancestral de encerrarse sin pestañear, por la calidad de sus centrales y por acumulación de efectivos gracias al doble pivote, pero en cambio parece más vulnerable por fuera. Desde la lesión de Rafinha, al Barça le está costando abrir el campo, y quizás fuera buena idea reabrirlo con el 4-3-3, aprovechando el buen momento de Sergi Roberto y tirando de un Jordi Alba que últimamente ha perdido presencia pero a quien eché de menos en Turín. Si se pretende que Messi marque diferencias por dentro, es obligatorio ensanchar el campo y liberar los pasillos interiores. Tal vez el Camp Nou marque el segundo gol y el tercero caiga solo, pero para hacer el primero serán más útiles las neuronas que las hormonas.