Veinte títulos diez años

En la última década, el Barça ha ganado 20 títulos, una cifra mastodóntica que refleja una superioridad contundente y convierte al aficionado barcelonista en coleccionista frenético de celebraciones. En los diez últimos años, el equipo de fútbol ha levantado tres títulos de Champions, dos Mundiales de clubes, dos Supercopas europeas, seis Ligas, dos Copas del Rey y cinco Supercopas de España: 20 de 60 posibles aunque no han sido 60 las competiciones realmente disputadas por el Barça en la década, sino 42. El porcentaje de victorias sobre competiciones es aplastante, pues ha conquistado el 48 % de los títulos que ha jugado, prácticamente uno de cada dos.

En esta década, el equipo ha variado de manera sustancial en su composición, viviendo las normales oscilaciones de cualquier deportista: períodos grandiosos, tropiezos mayúsculos y etapas de incertidumbre. Así ha sido tanto desde la óptica colectiva como si se analiza a los jugadores de manera individual. Ni siquiera un monstruo como Messi ha sido inmune a las oscilaciones: padeció lesiones, altibajos, momentos de baja forma, incluso de duda sobre si su porvenir sería tan dorado como contemplamos ahora. El juego del equipo fluctuó. A lomos de Ronaldinho y Deco se movió en transiciones vertiginosas, pero cayó también en tramos de indolencia. Con Pep al frente, mordió y presionó, recuperó más balones que nadie y encajó menos goles que un equipo italiano que practicara el mayor de los cerrojos. Este último curso lo hemos visto verticalizado, un punto anárquico, buscando nuevas vías quizás porque encontraba cerradas las anteriores.

Estos diez años son tan ricos en victorias como en la forma de obtenerlas y han servido para que el aficionado, además de celebrarlo veinte veces, se haya identificado estrechamente con una manera muy peculiar de jugar que ha encantado en muchas partes del mundo. Son diez años muy poderosos que han construido una jerarquía notable, quizás la mejor plataforma para ir a por más en la siguiente década.