Valverde vs Messi

Resume el titular el estado de la cuestión? ¿El Barça es Messi y, por tanto, el problema se reduce a que el ‘10’ se sienta cómodo? ¿Depende el éxito de la relación que establezcan el entrenador y la estrella del Barcelona? Si usted, lector, ha contestado sí, sí y sí, puede que esté en lo cierto. Seguramente, como decía Pep Guardiola, se trata de encontrar el hábitat más adecuado para que el jugador argentino pueda expresarse de la mejor manera posible porque, además, su felicidad suele coincidir con la del equipo. O sea, este sí, sí, y sí podría ser, efectivamente, un fiel reflejo de la realidad. Lo observado el sábado en el Calderón es un ejemplo irrefutable de lo que ahora mismo es el equipo.

Ernesto Valverde, que es una persona muy inteligente, deberá valorar la situación. ¿El escenario es el correcto? ¿Es lo que él espera de su proyecto? ¿Sirve Messi como paraguas de todo? ¿O debe haber algo más? El técnico cacereño puede pensar, puede sentir y también puede imaginar pero solo el balón lo pondrá todo en su sitio. Para la plantilla, Valverde deberá cuadrarse ante la estructura -presidente Josep Maria Bartomeu, vice Jordi Mestre, secretario técnico Robert Fernández y ejecutivo de deportes profesionales, Albert Soler-. Personalidad o sufrimiento. 

Tres cuestiones más. La primera, el tridente. Una de las grandes conquistas de Luis Enrique ha sido encontrar espacio para Messi, Neymar y Suárez. Su descomunal peso en el equipo ha trasladado el foco desde el centro del campo (del mejor Barça de la historia) hacia la delantera. Los resultados, de más a menos. Deberá pensar en ello. En la Champions, con Messi, una anomalía que Valverde debe tratar de reparar.

Segunda cuestión. El club quería un ex y ya lo tiene. Solo estuvo dos años -los dos primeros de Cruyff, 1988-1990, en la etapa pre-Dream Team- bajo el método que ha convertido al Barça en la referencia mundial. Como entrenador ha vivido con otra idea porque nadie en el mundo tiene la del Barcelona. Técnico y futbolistas, ¿quién se adaptará a quién? ¿Se impondrá la mirada de los hijos del sistema o la de un fútbol más vertical, de área a área, como la que ha impuesto Lucho? Vista la evolución del equipo, ¿cuáles serán sus matices? Interesante. 

Y tercera preocupación, La Masia. ¿Se abrirá la puerta del Camp Nou? El ‘Txingurri’ está acostumbrado a trabajar con los más jóvenes pero, ¿da el nivel para tener más sensibilidad? Veremos.