Una temporada que nada a contracorriente

Marc Márquez

Marc Márquez / EFE

Josep Lluís Merlos

Josep Lluís Merlos

Se queja de su moto como nunca. Hay quien dice que esta es la peor Honda de los últimos tiempos. Pero cuando hablamos de esta marca, el adjetivo “malo” casi resulta irreal. Marc Márquez llega donde ha ganado los siete últimos años, siempre desde la pole. Si vuelve a hacerlo, pocos darán crédito a sus quejas. Empezando por los testarudos japoneses. Pero cualquiera renuncia a una victoria en un campeonato tan competido, aún a costa de perder opciones a seguir reivindicando con autoridad mejoras en una moto que ahora aparenta ser más terrenal que nunca.

Sachsenring es un torbellino. Quienes han sobrevivido a la experiencia de ser engullidos por un remolino siempre cuentan que no hay que intentar luchar contra él. Que lo mejor es dejarse absorber hasta el fondo, no querer competir contra el agua, porque luego la propia fuerza de succión invierte su sentido y te acaba expulsando hacia la superficie.

La temporada está siendo una especie de rafting para sus protagonistas, que intentan mantenerse a flote pese a la corriente y los escollos que se van encontrando en su descenso salvaje. Ahora cae uno al agua, ahora lo hace otro, aquel se aferra a la balsa…

El empuje del caudal sitúa a Dovizioso en la proa. Veremos por cuanto tiempo. La entrada de Lorenzo en Ducati ha espoleado a Andrea, y le ha hecho mejor piloto que nunca. Sin duda, mantenerle en el equipo –pese a las dudas que hubo entre él y Iannone- le ha convertido en el mejor fichaje que podían hacer.

Viñales salió como una bala cuando abrieron las compuertas de la presa, pero a medida que avanza en el curso del río ha perdido una fuerza, chapuzones incluidos, que debe recuperar.

Pero quien manda, quien sigue llevando el rumbo, no es otro que Rossi. El circuito sajón no estaría entre sus favoritos; los resultados lo acreditan. El golpe de timón que dio en Assen fue antológico. Su décimo título le obsesiona y va a por él, sabiendo que en circuitos como el de este fin de semana –a diferencia de lo que hizo en Holanda- no tiene porque poner en riesgo su embarcación.