Los árbitros tiñen la Liga de negro... y blanco

Gil Manzano, con los jugadores del Villarreal

Gil Manzano, con los jugadores del Villarreal / sport

Albert Masnou

Lo que podía haber sido una jornada preciosa de fútbol, repleta de emoción, acabó siendo un día negro para la imagen mundial de dicha competición. Muy negro. Los árbitros, protagonizado en esta ocasión por Gil Manzano, ensuciaron una vez más la legalidad de la Liga española con unas decisiones que sirvieron para  que el Madrid pudiera remontar un 2-0 adverso. Fue un penalti inexistente de Bruno por unas presuntas manos dentro del área. El regalo le permitió al Madrid empatar el partido y después, con el gol de Morata, recuperar el liderato que durante muchos minutos estuvo a manos del Barcelona.

El Madrid, que jugó de pena durante 60 minutos, se valió de la ayuda arbitral, de la entrada de Isco y del arreón final ya clásico de los blancos para darle la vuelta al marcador en solo 25 minutos. Le endosó tres goles a la defensa menos goleada de la competición y regresó a Madrid con el susto en el cuerpo porque estuvo al filo de perder toda su ventaja en la clasificación.

Tardó escasos segundos en reaccionar Gerard Piqué a través de las redes sociales en un duro mensaje en el que denunciaba la arbitrariedad de los que van vestidos de negro. El Barça volvió a mostrar su indignación por tener que competir en inferioridad a través de Gerard Piqué.

El mensaje que se lleva el Madrid es claro. Sabe  que si quiere conquistar este trofeo deberá dar lo mejor de sí mismo porque el Barça aprieta. Y aprieta fuerte. El Madrid se tendrá que poner las pilas. Y los árbitros también porque la línea que están tomando está perjudicando la imagen de la Liga española. Una competición injusta es una competición alterada.