Una elección difícil y envenenada

Robert Fernández tiene la lista de los candidatos al banquillo del Barça prácticamente cerrada

Robert Fernández tiene la lista de los candidatos al banquillo del Barça prácticamente cerrada / VALENTÍ ENRICH

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

La pregunta que más me han hecho esta semana sigue sin respuesta: ¿Quién será el entrenador del 

Barça? Mi amigos creen que conozco la respuesta y se sienten frustrados cuando les comento que ni la directiva de Bartomeu lo tiene decidido. A muchos barcelonistas les cuesta entender que dos meses después de que Luis Enrique anunciara la decisión de marcharse (2 de marzo), el club siga sin resolver la decisión deportiva más importante del año. Me pongo en la piel del presidente del Barça y entiendo sus dudas porque si yo tuviera que elegir el sustituto, también dudaría más de la cuenta. No es cuestión de fichar el que tenga mejor currículum porque esto no garantiza nada. Tampoco es aconsejable contratar al más mediático. De la misma manera que no debería ser imprescindible haber sido jugador de la casa. Hay que encontrar el perfil de técnico que más se adapte al equipo. Tiene que tener personalidad para no dejarse influenciar por los jugadores. Experiencia contrastada. Carácter duro para superar la presión del entorno. Mentalidad ganadora porque le van a exigir ganar el máximo posible. Predisposición para sacrificar unos años de su vida. Introducidos todos estos datos en un ordenador, la máquina tampoco encuentra el entrenador ideal que asegure títulos al Camp Nou.

A menos de un mes para que se acabe la temporada, la dirección deportiva sigue deshojando la margarita. No anunciarán el nombre del sustituto hasta que pase la final de Copa. No han negociado todavía con nadie, tan solo contactos. Unzué, que era un candidato con posibilidades hace un mes, cotiza a la baja ya que la continuidad técnica no parece lo más aconsejable si no se gana la Liga. Valverde es la solución más asequible -acaba contrato y vendría encantado- pero hay voces que dudan de que sea el técnico idóneo en un momento que el equipo necesita una sacudida. A día de hoy es el entrenador elegido por Robert Fernández, pero la decisión final no está tomada. Sampaoli se ha caído de la lista, se agarra al clavo ardiendo de Argentina. Koeman se ofrece pero no tiene apoyos en la secretaría técnica. Òscar Garcia es una opción que solo Cruyff se hubiera atrevido a recomendar. Laurent Blanc no pasa de un rumor interesado. Antonio Conte, el responsable de la gran campaña del Chelsea, sería una buena elección pero está feliz en Londres. 

La responsabilidad de elegir bien asusta a la directiva. La posibilidad de equivocarse preocupa y agobia. Cuando alargas tres meses la elección, generas controversia. La necesidad de acertar con un técnico que vuelva a levantar al equipo obsesiona a Robert Fernández, cuestionado por el bajo rendimiento de los fichajes del pasado verano y las bajas regaladas. Hace un mes había menos dudas, ahora crece la desconfianza. La posibilidad de que el Madrid gane el doblete es una presión añadida. Echaron mano de Zidane como un recurso y de momento les funciona. 

El entrenador que aterrice en el Camp Nou ya sabe que tendrá que superar el hándicap de medirse a un rival que ha demostrado tener mejor plantilla que el Barça. La elección de entrenador se está convirtiendo en una decisión difícil y envenenada.