La tormenta que viene

Bartomeu, en el palco del Camp Nou

Bartomeu, en el palco del Camp Nou / sport

Carme Barceló

Carme Barceló

Les digo una cosa: si el Barça gana algún título esta temporada habrá que multiplicar su valor por diez. No hay día o noche que no reciban palos. Si me sitúo en el día de ayer, partido de Champions que el equipo azulgrana volvió a ganar con holgura, el mayor aguacero llegó antes del que cayó del cielo. La tormenta de ideas más allá de Catalunya hace horas extras. Yo creo que ni duermen en la búsqueda del detalle (real o no) con el que desarrollar desde una campaña hasta un ‘meme’. Empezó la noche con el tifo -me horroriza la palabra, dicho sea de paso- que decidió colocar el FC Barcelona en el Camp Nou. Recuerdo aquí que el estadio es, en jornada de Champions League, ‘propiedad’ de la misma UEFA que dio marcha atrás en el tema de las ‘estelades’ reconociendo su error al respecto. Consideró el estamento que el mensaje no podía ir más allá. Bartomeu, cual funambulista, va lidiando como buenamente puede entre el organismo europeo, los estatales, la afición, el estado de opinión, el otro y anexos varios. No quiero ni pensar lo que pasa por la cabeza de Valverde, al que desde que firmó su contrato le caen chuzos de punta sin haberse buscado ni uno. Desde aquí, mi admiración total y preguntarle si ha incorporado el mindfulness en su vida.

Del tifo hacia atrás, llueve sobre mojado. La pancarta no contentó a todos los de aquí y enojó a los de allí. Una gota en medio de la tempestad que sirve de cortina de agua para impedir la visión de otras realidades por las que no interesa mojarse. Qué bien les viene a los que abren el paraguas ante los 14’7 millones de euros que reclama la Fiscalía a Cristiano y medio millón a Marcelo, por mencionar a los últimos presuntos implicados. Les resbala. Tanto como que Javier Tebas, presidente de la LFP, mezcle política y deporte por escrito y a nivel presencial o que el del Comité de Competición, el madridista Francisco Rubio, se recree en descalificaciones en las redes sociales tras el 1-O. Para él ha pedido el Barça la recusación. Como si oyeran llover. Y esto es solo el principio. Ni les cuento la tormenta que viene.