El suicidio del 'Luis Enriquismo'

Luis Enrique, durante el partido ante la Juventus

Luis Enrique, durante el partido ante la Juventus / Joan Monfort

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

El empate a cero ante la Juve es la constatación de la cadena de errores que han llevado al Barça a este triste final en la Champions. Hay que apresurarse a decir que la tragedia se fraguó en Turín, donde Luis Enrique se hizo el harakiri con una táctica que llevó al equipo al desastre. Salir a jugar con tres defensas, con Mathieu y sin Alba, fue tanto como regalarle al rival el pasaporte a las semifinales de la Champions. Fíjense sí fue flagrante el error que en el partido de vuelta, en el Camp Nou, con la obligación de remontar tres goles, el entrenador, con la venia de sus futbolistas, dispuso el clásico 4-3-3... ¡qué distinto todo del día del PSG! Empezando por el adversario, claro, una Juventus con mucho oficio y calidad, pero también fue diferente la forma de afrontar y preparar el partido y, lo más preocupante, las prestaciones de los jugadores. Cierto que quisieron, pero nadie encontró soluciones ni individuales ni colectivas ni tácticas para poner a los italianos en auténticos apuros y así la remontada era imposible.

LOS SÍNTOMAS. Me gustó mucho la reacción final de los aficionados. Los cánticos y el ondear de banderas no son la respuesta habitual en las noches trágicas en el Camp Nou. Algunos querrán ver en ello un margen de confianza y aquellos que han de tomar decisiones seguramente se sentirán aliviados... ¡que no se equivoquen! eso fue un homenaje a un equipo y a una parte de la historia maravillosos, pero las decisiones se han de tomar porque los errores de estos últimos meses han sido demasiado graves. El Luis Enriquismo murió, se suicidió, en Turín por las razones ya expuestas y porque el equipo ha llegado vacío al momento decisivo de la temporada. Vamos a ver, ¿no fue algo más que un aviso el 4-0 de París?, ¿no es un síntoma haberse quedado a cero en tres de los últimos cuatro partidos? ¿no es significativo no haber marcado ni un gol a la Juventus en ciento ochenta minutos? Hay cansancio, agotamiento de una manera de ver el fútbol y un desgaste definitivo entre el entrenador y el vestuario. Y eso, el año que se fichó plantilla para que el técnico pudiera afinar más, es imperdonable. Ojalá el domingo el Barça se reenganche a la Liga con una victoria en el Bernabéu que devolvería la alegría, pero aun así, la renovación y un cambio de ciclo son obligados.