Solo el Barça puede parar al Madrid

Leo Messi enmudeció al Bernabéu mostrando su camiseta tras marcar en el descuento

Leo Messi enmudeció al Bernabéu mostrando su camiseta tras marcar en el descuento / sport

Ernest Folch

Ernest Folch

El Barça también jugaba en Cardiff y también perdió. Pretender lo contrario sería autoengañarse y obviar la teoría infalible de los vasos comunicantes entre blaugranas y madridistas: lo que le ocurre a uno en positivo afecta al otro en negativo y viceversa. El resurgir del Real Madrid en el último tercio de la temporada ha coincidido con el desplome del Barça, que solo ha podido conquistar una Copa muy famélica en comparación a la Liga y Champions blancas. El indiscutible éxito de Zidane desmiente muchos de los tópicos que rodean al fútbol: lo ha logrado sin director deportivo, amparado únicamente por el criterio de un presidente que ni siquiera pretende entender de fútbol, y sin un patrón definido de juego. Al entrenador francés le ha bastado gestionar de una manera impecable la plantilla para llegar al momento cumbre en un estado óptimo de forma, el uso de su enorme autoridad moral para domar a las estrellas y mucha inteligencia y mano izquierda para surfear en un entorno complejo: Zidane se dio cuenta rápidamente que es más efectivo sonreír en las ruedas de prensa que generar incendios innecesarios. Lo cierto es que el éxito del Madrid pone deberes muy serios al Barça, que está obligado a enderezar el rumbo de la nave con total precisión. Habrá que confiar inequívocamente en la cantera, habrá que fichar bien y con ambición y habrá que recuperar las señas de identidad del juego que en su día llevaron al club a lo más alto. La buena noticia es que el relevo en el banquillo blaugrana permite hacer cambios profundos sin traumas personales. La mala noticia es que tras la Champions del Madrid habrá que hacer frente a una presión ambiental mayor. Y es que el desplome de la Juve nos recuerda una evidencia: solo el Barça puede parar al Madrid. A pesar de su temporada y de las carencias que ha mostrado. Porque tal y como se demostró en el 2 a 3 en el Bernabéu, la única posibilidad de cortar la hegemonía blanca en Europa es articular un nuevo proyecto rejuvenecido alrededor de Messi, el tridente y mucha savia nueva. La moraleja es clara: nunca más se puede delegar en terceros lo que en realidad deberías haber conseguido tú mismo. Si quieres algo, tienes que ir a buscarlo. Es exactamente lo que hizo el Madrid en Cardiff y lo que deberá hacer el Barça la temporada que viene.