Sin prisas, pero con pausas

Messi, entre dos jugadores del Villarreal

Messi, entre dos jugadores del Villarreal / sport

Xavier Ortuño

Xavier Ortuño

Leo Messi es un futbolista especial, diferente, le endiosamos y le colocamos apodos divinos pero como el resto de sus compañeros de profesión necesita un contrato. El Barça sabía que con Leo las cosas siguen siempre un curso especial y que para atarle los próximos años no era suficiente con que un abogado pasara por un despacho de la Ciutat Esportiva, se sacara el contrato estándar y todo quedara cerrado en cuestión de quince días. No hacía falta que le dijeran al jugador que le querían, que confiaban en él para el futuro o que sin duda iba a contar para el nuevo entrenador. Es que es Leo Messi y claro cualquier deseo de que se quede convertido en una frase quedaría hasta ridículo. Así que el ‘Plan Renove’ de Leo ha sido una obra de diálogo y paciencia. Bartomeu ha liderado una operación que ha tenido como interlocutor a un Jorge Messi que como si fuera un termómetro de la operación iba y venía de Argentina y en cada viaje, el Barça y el padre del mejor jugador del mundo iban acercando posturas. La situación ha llegado hasta el punto actual donde ya no hay cantos de sirena que valgan en forma de jeques o retiros dorados anticipados, Leo se quiere quedar y renovará. Una vez más esta renovación tendrá una peculiaridad y es que el acto de rigor de estampar la firma en un despacho, fotos protocolarias y vídeo con las dos frases de turno expresando su felicidad puede que no las tengamos hasta la próxima temporada. Pero esperaremos. Es que por Leo estamos dispuestos a esperar lo que haga falta, pero si además cuanto más tiempo pasa hasta que llega el comunicado oficial del club Leo se va a la Grada de Animación del Camp Nou puño en alto o sujeta y exhibe su camiseta en el Santiago Bernabéu… bendita espera.