Sin Montal y sin Cruyff

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J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Sus nombres han quedado grabados para siempre con letras de oro en la historia del Barça. Dos personajes únicos e irrepetibles que contribuyeron a su manera a hacer más grande la leyenda del club: Agustí Montal y Johan Cruyff. Dos personalidades muy distintas que unieron sus destinos en 1973. Dos figuras ilustres que cambiaron el destino del club. Dos barcelonistas que merecen respeto y admiración. 

Montal fue el presidente que llevó a la entidad de la dictadura a la democracia, de la represión al catalanismo, de los años de dominio centralista al 0-5 histórico del Bernabéu. Cruyff, por su parte, fue el jugador que cambió la mentalidad perdedora de un club condenado hasta entonces al papel de segundón y años más tarde se convirtió en el entrenador que impuso un estilo de juego con ADN propio que aún perdura con éxito. En menos de un año, los dos han traspasado la historia, dejando un legado importante del que se pueden sentir orgullosos.

Hace un año nos quedamos sin Cruyff, en lo que fue la mayor manifestación de luto del club en sus 118 años de historia. Una muerte precipitada e injusta que sirvió para poner a la luz los valores sentimentales de una afición que siempre le recordará por su carácter, talento y visión de futuro. Johan era un genio, tanto para romper moldes caducos como para capitanear proyectos valientes. Ahora se ha ido Montal, el último presidente elegido por los compromisarios y el que propició que en el futuro los presidentes fueran elegidos por todos los socios. No pasa a la historia por su palmarés deportivo, sino por haber convertido el Barça en ‘més que un club’ y por haber fichado, gracias a Armand Carabén, al jugador que revolucionó el fútbol español, primero desde el césped, después desde los banquillos.

Las personas tenemos un defecto, que somos incapaces de corregir generación tras generación. No sé si es problema de envidia o de falta de generosidad. Nos cuesta valorar a las personas en vida y lo lamentamos cuando desaparecen. Para compensar esta tremenda injusticia, subimos a los altares a los desaparecidos con elogios que hubiesen sido mucho más apropiados a su debido tiempo. Mientras lloramos su desaparición salen a la luz méritos que antes eran motivo de controversia. Es sorprendente comprobar que ahora hay más ‘cruyffistas’ que nunca y también hay que reconocer que en el mandato de Montal (1969-1977) hay más luces que sombras, aunque durante muchos años de forma ignominiosa se le quiso hacer culpable de dejar el club poco menos que en bancarrota.

Así es la vida. Ahora que no están, las figuras de Cruyff y Montal aumentan su reconocimiento gracias a la dimensión excepcional del Barça. Más allá de los títulos ganados con el Ajax, Johan es recordado por haber convertido al Barça en un grande del fútbol con una filosofía del juego ofensivo que los aficionados agradecen. Lo mismo sucede con Montal, su etapa de presidente, con su talante catalanista, marca su biografía por encima de su faceta de empresario textil. Cruyff y Montal, dos grandes personajes unidos por el destino por el bien del Barça.