Sergi Roberto, la gran obra de Luis Enrique

El Barça Lassa enloqueció con el gol de Sergi Roberto

El Barça Lassa enloqueció con el gol de Sergi Roberto / EFE

Ernest Folch

Ernest Folch

En el Barça nada sucede por casualidad. El destino quiso que el gol de la victoria, la conquista del éxtasis, lo marcara Sergi Roberto, orgullo culé y ejemplo del modelo que ha hecho que este club traspase fronteras. Su tanto desató el tsunami de euforia más impresionante jamás vivido en el Camp Nou, y harán falta meses, o quizás años, para calibrar la dimensión exacta de la hazaña. Porque la gesta es de tal magnitud que no puede personalizarse en ningún jugador, pero pasarán los años y el gol de Sergi Roberto será inevitablemente explicado de generación en generación, como solo les pasa a unos elegidos: como el de Iniesta en Stamford Bridge o el gol de Koeman en Wembley. Hoy es el momento de recordar que el camino de Sergi Roberto no ha sido precisamente llano: pasó largos períodos sin jugar y estuvo al borde de abandonar al club. Y cuando ya parecía desahuciado, apareció la mano salvadora de Luis Enrique y lo rescató milagrosamente. El entrenador blaugrana creyó en él ciegamente, lo protegió y lo mimó como no ha hecho quizás con ningún otro futbolista, después lo curtió y finalmente le dio la confianza necesaria para que se consolidara en una posición tan crítica como el lateral derecho, que él mismo siempre ha vivido como provisional. Con el cambio al 3-4-3 tuvo la oportunidad de adelantar su posición donde le gusta jugar, y algo debió intuir Neymar cuando le advirtió, unos minutos antes de marcar y en plena remontada, que subiera a rematar. Su prodigioso gol que desató la locura es la culminación de un largo proceso de maduración, en el que ha sido clave el papel del entrenador. Y es que Sergi Roberto es la gran obra de Luis Enrique, el ejemplo de que la capacidad de sacrificio es infalible cuando se une a la confianza. Los dos recogen ahora, con toda justicia, los frutos de su trabajo.