¿Ser rico o ser feliz?

Empieza el baile. En dos días el Madrid ha movido dos fichas importantes. Ata al deseado Vinicius por una cifra cercana a los 60 millones, una barbaridad más propia de un calentón que de una decisión deportiva reflexiva. Además, ayer se adelantó al Barça y fichó al deseado Theo Hernández, aunque a costa de saltarse el pacto de no agresión con el Atlético y enrarecer el derbi de vuelta de la Champions de mañana.

El movimiento de Vinicius, una perla en bruto todavía por abrir, está marcado por los precedentes: Florentino arrastra un trauma de la pérdida de Neymar y piensa que Vinicius es el crack del futuro. Solo así se entiende que desembolse semejante cantidad de dinero. El Barça ha hecho lo que tenía que hacer: Albert Soler y su equipo han aguantado el tipo y no se han vuelto locos. En cuanto a Theo, el club blanco ha aceptado las altísimas pretensiones del lateral del Alavés y se ha quedado con este estupendo jugador cuando el Barça creía que ya era suyo. La pérdida de Vinicius es hoy casi un alivio. En cambio, la de Theo deja una sensación de decepción en el club azulgrana, que lo tenía como una prioridad y que ve cómo ahora tendrá que buscar alternativas nada fáciles a su incorporación. Los dos brutales movimientos del Madrid en 24 horas dejan claro que a la guerra del talonario siempre va a ganar Florentino.

El club blaugrana solo puede luchar con su cantera, que ha dejado demasiado de lado los últimos años, y con su proyecto y estilo de juego. Jugar al lado de Messi, Iniesta o Neymar debe ser vendido como el mejor escaparate posible para cualquier jugador y un argumento de peso para hacer siempre ofertas razonables. Hace ya muchos años, cuando el Barça iba detrás del gran Dennis Bergkamp, Cruyff le llamó para decirle: “Tienes que escoger entre ser rico o ser feliz”. Bergkamp eligió ser rico, pero no pasó a la historia a pesar de que fue un gran talento. Pues eso. Los que quieran venir pero tienen dudas, que escojan.